El miliciano Francés.
Jean Marie era un cronista que se había retirado a sus 75 años para escribir el famoso libro que llevaba anunciando que escribiría desde que tenía 18 años.
Ahora soltero y solo (la última compañera que había tenido le había abandonado hacia ya tres meses) realmente era un hombre extraño. Su carácter hosco y de cambios de humor brusco esto unido a su carrera a la que se dedicaba en cuerpo y mente desde que saliera con vida de uno de los campos de concentración alemanes, le había echo terminar con 4 relaciones importantes en su vida.
Tenía un hijo Pierre con el que no se hablaba desde que Marie (madre de su hijo) le abandono por un profesor de Autoescuela. Su hijo por aquel entonces tenía 14 años y no perdono a su padre el hecho de que se pasara la mayor parte de su vida en sitios como Argelia, Indochina, etc.
Ahora por algún motivo que Jean Marie desconocía se pasaba el tiempo pensando en una mujer a la que conoció en España.
Durante la guerra civil Española , Jean Marie había sido un miliciano voluntario , esto unido al echo de que se uniese a la resistencia en su país le forzó a estar 2 largos años en un campo de concentración Alemán junto a su amigo Mikel , un vasco que huyo con el tras la caída de Madrid ..
Mikel no sobrevivió al campo Alemán pero el si y gracias a sus declaraciones sus asesinos pagaron. Pero no lo hicieron los que asesinaron a sus compañeros de milicia en aquel país y en especial a su amigo Jósele (el poeta) como se acordaba de él.
Aquella mañana fría decidió volver a Madrid, no sabia exactamente por que pero necesitaba encontrar a la hermana de Jósele, Petra la dulce y bella Petra. Su pequeña Petra.
Llamo a su secretaria Srta. Massot y le pidió que localizase a una mujer Española. Le dio los datos Petra Martín originaria de un pueblo Madrileño, Villarejo de Salvanes, también solicito billetes para el vuelo y que le consiguiese un hotel para una semana.
Después se fue a su habitación y abrió el armario en el había una caja de cartón.
No.-se dijo para si mismo-. Tengo que decirte que te quiero antes de morir Petra. Después de tantos años y no he encontrado ninguna mujer que te igualase, quizás Petra sea tu recuerdo lo que hizo naufragar mis otras relaciones. ¿Qué habrá sido de ti? quizás tengas nietos o quizás no.
Aquella tarde termino su famoso libro, lo miro con calma y lo metió en un sobre.
Ya estás hijo de puta.- pensó mientras se estiraba en la silla -. Espero que alguien lo lea aparte de Martinec .- se echo a reír como un loco, sus carcajadas eran sinceras, joviales. Martinec era su editor, mas interesado en el dinero que en el estilo literario. De pronto sintió un recuerdo le invadió por completo, una risa se propago por el aire como una nube de humo, la vio peinándose su hermosa melena negra que la llegaba hasta la cintura y recogiéndola en un trenza mientras le miraba con aquellos hermosos ojos marrones y le sonreía, después se enroscaba aquella trenza en un moño y lo pegaba a su cabeza con unas horquillas negras.
Cuando despertó era de noche, miro el reloj y vio que eran las 12.00 pero como se había podido quedar dormido, realmente estaba cansado muy cansado.
Vio que el contestador tenía algunas llamadas cargadas y lo puso en marcha para escucharlas.
El primero era de Martinec le recordaba que el plazo de entrega de el manuscrito estaba próximo y que no se retrasase mas.
El segundo era de su ex le recordaba que tenía que pasar a recoger algunos de sus libros y también le pedía que hablasen como adultos.
El tercero era de su secretaria, había encontrado a una tal Petra Martín pero su segundo apellido era Martínez no Martín, le informaba de que era madre de un chico y además de ser viuda le comento que no había muchos mas datos solo que no vivía en Villarejo de Salvanes si no en la Villa de Vallecas. Luego añadió con voz cansada, si es esta mujer la que busca le puedo dar su dirección.
Jean Marie tomo el teléfono y marco el número de su secretaria. Cuando iba a colgar el auricular una voz contesto al otro lado.
-¿Quien?
Se sorprendió que la voz fuese de hombre luego al ver la oscuridad reinante en su casa comprendió que su secretaria, que era una mujer de 40 años bastante atractiva tal vez tuviese compañía masculina.
- Hola.- dijo con voz tranquila.- soy el jefe de Jean Marie.- al otro lado del auricular un murmullo y silencio.
- Hola.- dijo Jean Marie con voz sorprendida, desde que empezase a trabajar con aquel loco escritor nunca la había llamado a las 11.00 de la noche.- ¿que ocurre?- dijo con voz de asombro.-
- Jean Marie confirma vuelo y dame los datos de esta mujer ¿esta casada? Bien mañana me lo confirma .Discúlpeme Jean Marie pero es que al escuchar su mensaje. Perdón mañana hablamos. Gracias. Buenas noches.
- Buenas noches.- contesto Jean Marie con cansancio.
El día siguiente fue extraño. Para empezar Jean Marie le había preparado un informe con los datos de esta mujer y donde y como la podía localizar.
El los reviso y no sabia si era ella o no hasta que no llegase a Madrid no lo podría saber.
Una semana después de aquello llegaba a Madrid su vuelo. Un tal Manuel López le esperaba en el Aeropuerto. Cortesía de su estimado editor ya que la excusa para ir a Madrid en este viaje había sido, acabar sus crónicas de la guerra civil Española.
En el hotel, estaba impaciente por saber, por conocer, por descubrir que había sido de ella, ahora la necesitaba a su lado como jamás se imagino que lo haría.
Ahora se daba cuenta de que todo lo que paso después de la guerra fue una forma de olvido forzada.
Su secretaria le había dado una dirección y se dirigió a ella como si tuviera ahora 17 años, y esta fuera su primera cita.
Había un teléfono que marco antes de salir, cuando pregunto por ella, la voz de la mujer al otro lado se quedo en silencio, no fue mucho solo un par de segundos pero lo suficiente para que pensara que ella no era la mujer que buscaba, quizás le había olvidado, o no quería volver a verle.
Pero no fue así, ella le llamo por su nombre y el sintió ganas de saltar, de gritar, de correr y abrazarla, a buenas horas pensó mientras conducía su coche de alquiler, ahora eran un par de vejestorios, y él no volvió a por ella como prometió, claro que si el informe era correcto ella se caso ¿de pronto sintió celos? si celos de pensar que ella había sido de otro, pero bueno no había sido el de otras, exactamente no había sido de una si no de varias.
Cuando llego aparco el coche en la calle, se dirigió silencioso hacia la casa, marco con su móvil de nuevo el numero que ya tenia grabado desde que se lo diera su secretaria.
La mujer contesto, parecía alegre, contenta y relajada.
Cuando llego frente a ella, su corazón latía tan fuerte que pensó parar un poco y tragar aire para no parecer un asmático, pero no lo hizo.
Ella parecía sonreír divertida, su cabello era gris, pero su sonrisa y sus ojos, era Petra, su dulce y calida petra.
Ella se lanzo sobre el abrazándole, era tan salvaje como entonces, si sin duda aun lo era, juntos entraron en la casa, tenían tanto de que hablar y tanto que hacer, tanto tiempo perdido y ahora había un comienzo o quizás otro adiós, pero el tenía intención de no volver a perder aquello que había buscado desde tantos años atrás y hasta ahora no había comprendido que era.
Y la puerta tras ellos se cerró.