historia de amor del dragon negro y el hada de fuego.

Sobre las negras aguas,
Se mecen los instantes seguros,
No hay vuelta atrás en el tiempo,
Todo quedo como parece.

Fugaz el atemporal minuto calma la suave brisa,
Desde lo alto de un barco canta la sirena su nombre.

Ves con los ojos de la muerte convocados en consejo los señores de la luz, circulo concéntrico de piedras lunares.

Una pequeña dama se sienta justo detrás de un trono, ellos hablan de nombres olvidados, de sueños de pasado y presente.

SE juzga el nombre del reino sin nombre, se viste de largo el dolor y se acoraza la muerte, se ríen las hienas de las almas a la espera de las últimas victimas que caerán en sus manos, no puedo aprobar la masacre pero en mi corazón solo el fuego arde, no puedo escuchar más, no quiero hacerlo.

No seré juez y verdugo, me quedare en silencio y dejare pasar el tiempo, hasta que el olvido borre de los libros mi nombre, dejare que nadie me recuerde, me olvidare de mi misma y renaceré en un mundo nuevo, donde nadie me recuerde así evitare la masacre.



Mas no se pararan, decididos están a la batalla, han sido provocados y yo he sido la última provocación.

Me levanto, todos quedan en silencio, avanzo hacia el centro y suplico por los que me dañaron, pido clemencia, ellos preguntan que ocurrirá si de nuevo soy atacada no podrán quizás volver a salvarme, y asintiendo exclamo:

Yo me iré, me alejare así el viento del olvido borrara todo a su paso, nadie me recordara cuando vuelva.

Así parto al destierro, voluntariamente asumido, me alejo de un reino y con ello mi corazón se parte y jamás volverá a latir, nunca por amor.



en silencio, en soledad , con la cabeza alta y un único amigo mi mismo reflejo en el rio de la vida.

Solo volveré cuando ya nadie recuerde mi nombre, cuando el tiempo lo haya borrado todo.

Sin embargo el mundo fue arrasado, mi destierro no sirvió de nada, solo para dejar abandonado al único ser cuyo tacto me enloquece, cuyos ojos se reflejan en los míos, al único cuyo barco es mi barco, cuyo pensamiento entiendo sin necesidad de hablar.



Mi capitán maldito, dragón negro, señor del averno y la oscuridad…. Mi alma es su alma, y aun así no pude parar la matanza, no conseguí que mis enemigos cesaran en su empeño.

En aquel lugar donde el olvido se hace eternidad, el me encontró, el me salvo, el me llevo a casa, el reino negro de la luna de sangre.