La noche nos ampara,
Pero no por mucho tiempo,
Tú me llamas Azazel
No, no te llevare como oveja al matadero,
No, no serás sacrificado de nuevo,
Ellos nos rodean y tú me das la vida,
Entregando la tuya a cambio,
No, no me llamaran Azazel,
No, no me llamaran cobarde,
Sé que mueres pues caes contra el agua clara,
Guerreros de la luz asesinados,
Creí que nunca pasaría
Pero Samael te estaba esperando,
Dijo que eso pasaría,
No, no quiero perderte otra vez,
No, no me digas más que soy,
Recuerdo como caíste de mi brazo,
Mientras los guerreros nos rodeaban,
Con sus armaduras de plata a la luz de la luna,
Pero tú y yo éramos los buenos,
Perdimos la gran batalla,
El mundo se sumergió en un genocidio de muerte,
La sangre de los inocentes baño las calles,
No, no quiero saber más mi nombre,
No, no seré Azazel.
Me clave el cuchillo en el vientre,
Deje que la sangre brotara,
Te di mi última gota de vida,
De nada sirvió entonces,
Mírame ahora soy yo la que vive,
Ahora estoy aquí y no quiero estar,
Yo solo quise que vieras en lo que se habían convertido,
Y te hice sentir culpable.
Ellos corrompieron el mensaje de libertad,
Ellos corrompieron y aun corrompen tu nombre.
Sufro porque no quiero que me llames por mi nombre.

rosa negra.

Una rosa negra sobre mi cama,
Un corazón del que salen llamas,
dos rosas rojas que son mis brazos,
sobre satén negro te estaré esperando.
Raso de rosa palo en las esquinas,
Llamas en terciopelo negro sobre la brisa.
En la cama de luna roja del cielo,
Queda mi corazón sin aliento,
Mientras tu lengua recorre todo mi cuerpo.

la noche cotilla mira desde la rendija de las estrellas,
y el lucero del alba mira tras ella,
donde quedo la niña,
donde la amante,
entre el satén de fuego de tus abrazos,
y la mujer que quería ser una reina,
reina en tu corazón y tú entre sus piernas.
Juega la luna a ser sol,
El sol jugo a ser luna,
Y resulto que entre el juego,
Nació una bruma,
Arde,
Quema,
Pero no importa que pase
Pues eres mi estrella.

di mi palabra de vida.

Triste es el tiempo de la nada,
En la nada me sumo una vez mas,
Di mi palabra de vida,
de lo mas profundo de la oscuridad,
Es la oscuridad nuestra morada.
Vampiros de la negra noche.
Sed y lujuria
Envueltos en sangre pura,
Somos oscuros.

Súmate a la muerte,
Únete al exterminio de los que como yo abogamos por el placer,
Súmate al dolor,
Únete a los que como yo deseamos sentirlo más allá del placer puro,
Súmate a mí
Seamos dos,
Seamos tres,
Seamos multitud.
En un sembrado campo santo,
Dejemos nuestra sangre,
Bebamos la de nuestros enemigos,
Demos paz a aquellos que nos odian
Demos amor a aquellos que nos aman,
Que los ríos de sangre fluyan en paz
Así como lo hicieron en guerra.
Del sepulcro sencillo
A la cripta más ostentosa,
Dejadnos ser y sumaros en multitudes.

no me dejes caer.

¿ cómo se vuela?
Con unas alas jamás cogerás altura,
Ven sígueme,
¿pero caeré y moriré?
No temas solo has de confiar en mí,
Si lo haces no morirás
Yo no te dejare hacerlo.
Está bien, confió en ti.
Pues venga salta conmigo.
¿Pero qué pasa?
Pesas demasiado no podre sostenerte,
¿pero dijiste que no me dejarías caer?
Bueno eso fue antes de ver el peso que tenias
¿no me puedes dejar caer?
El poder no tiene nada que ver con eso,
Veras es cuestión de decidir
Y yo he tomado mi decisión,
Quiero vivir y ayudarte seria mi propia muerte
Pero lo prometiiiiiiisssssteeeeeeeee!
Ah, sí lo hice pero eso fue antes de saber tu peso.

en la estación

Si la luz parte mi pecho, No dirá que no fue amor, Te amo por los mares, Por las estrellas, Vague entre las puertas del infierno una vida incierta, todo era igual todo era lo mismo. Se sentó en aquella pequeña estación cultural de sinapsis y siguió mirando hacia la soledad de las almas condenadas, un suspiro se paró a su lado, un suspiro que abrió una brecha en la palma de las manos, un estigma de dolor se había clavado en su costado izquierdo, era la puñalada que había recibido en nombre de la fortuna. Ahora estaba muerto, lo sabía y tenía la certeza de haber sido la causa de todo, Bajo por el suspiro y se paro en la lagrima seca que jamás volvería a brotar, tanto amor había dado y sentido, tanto y todo se había perdido con una estocada certera en el costado izquierdo. Miro al silencio de aquella estación muerta, intento llorar pero su cuerpo estaba tan seco de fluidos como el desierto de agua potable. Un sonido le llamo la atención era el reloj de la estación, marcaba sin cesar la hora, eterno tic tac de siglos, pensó como seria la estación de la muerte antes de que se inveteran las estaciones, no hayo respuesta así que se centro en mirarse los pies, una mano le toco el hombro. Un fantasma. El era otro? Se incorporo y se marcho con él, no sabía muy bien hacia donde pero no podía esperar eternamente el tren de la vida, pues ya había partido y el había vado en esta su ultima parada.

Negro con foto y borde Amarillo chillon