4 historias indigentes de gente común y corriente.
1 historia de una naranja.
Me sentía aburrida, todo el día había estado estudiando y
ahora, tenía hambre.
Mis padres se habían ido fuera, al pueblo pero yo tenía los
finales y no podía irme, así que me quede toda la noche estudiando para poder
salir el finde y traer a casa a mis amigas.
Me sentía tan aburrida, que después de haber visto la tele,
haber oído música e incluso haber estado hablando con gente en internet ahora
me entraba el bajón absoluto y total de la nada que hacer.
Bueno si tenía que hacer, había que limpiar un poco la
cocina, porque había dormido en el sofá, por no tener que deshacer la cama.
Mire en la nevera y me puse a hacer algo de comer.
De pronto sonó el tfno., menos mal, pensé mientras me ponía
a pelarme una naranja.
De pronto cuando cogí la el tfno. La naranja se cayó de mis
manos y rodo hasta debajo de una silla, la deje allí pensado luego el cojo y
conteste.
Si, dígame- intente parecer desinteresada, para que no
pensaran que era una desesperada, al otro lado la voz de mi amiga Macarena sonó
como un trueno-¡Nela, tengo un problema! estoy en urgencias con el ton y la
mamen, joder que nochecita, puedes venir a buscarme y traerme algo de comer y
una chaqueta, déjame una de las tuyas es, bueno ya te cuento- tras preguntar en
que hospital estaba, colige y me di cuenta que la sartén estaba ardiendo, la apague
y me puse a vestirme, el problema es que
tenía que sacar la naranja de debajo de la silla.
La cogí y como estaba sin pelar, me la lleve para el
hospital.
Cogí dinero y me puse a decidir que chaqueta la dejaba a mi
amiga, la negra con botones blancos, la verde ¿qué narices de ropa llevaría? Cogí
todas y las metí en una bolsa grande, Salí con el bolso, la bolsa y la naranja,
baje en el ascensor y me fui a la parada del autobús.
En la parada no había mucha gente, el autobús tardo un huevo
en venir, encima hacia frio, mierda de Sábado.
De pronto llego un yonki, estaba tiritando y aparte de tener
un aspecto sucio, era extremadamente flaco, me miraba con los ojos grandes como
si yo fuera su solución, empecé a tener miedo, como no viniera el autobús, este
tío me iba a robar, o algo así.
De pronto el tío se levanta y me dice- ¿tienes un cigarro?-
me pregunta con una voz que suena a caverna, niego con la cabeza, tengo tanto
miedo que se me está acelerando el pulso- ¡eh una naranja!- dice el tío,
mirando con ojos intensos a la naranja, así que intentando parecer más valiente
de lo que soy, le doy la naranja y el tío
me suelta- eh, no lo decía para que me
la dieras- me sorprende que sea tan amable así que le suelto- no pasa nada, es
que voy al hospital a ver a una amiga, la llevo ropa y eso y luego la llevaré a
mi casa- le alargo la naranja y el tío la coge, no es tan desagradable como
parecía cuando llego, justo en ese momento aparece el autobús- bueno ahí está
mi autobús- le digo y me subo, miro por la ventanilla y le veo pelando la
naranja con avidez, me siento muy feliz de haberle dado la naranja pero tengo
un hambre.
2 en busca del cigarrillo.
¡Que mañana!
Me levanto en aquel cuarto de mierda con la Feli, joder que
asco da esta habitación, esta tía es una guarra en todos los sentidos, pero es
la única que quiere estar conmigo, dice que me ama, joder puta vida, yo no
quiero ataduras, no he querido ataduras en mi vida, puede que por eso sea ahora
lo que soy.
Tengo que ir a un baño, creo que en el retiro podré lavarme
un poco, me visto y salgo, tengo unas ganas de comer y de fumar, miro en mi
bolsillo no tengo más que dinero pa una papelina, ¡me cago en la guarra esta,
se ha llevado todas las pelas! Esta tía, si no fuera porque no tengo donde
dormir, la daba una patada en el culo.
Llego a la parada del autobús, hay una chavala y es
guapilla, la entro a saco, a ver si me da un cigarrillo, la pregunto pero creo
que la chica me ve tan sucio que debe pensar que soy un mendigo, me dice que no
tiene con la cabeza, pero tiene una naranja, joder el tiempo que hace que no me
como una, de pronto la chica me la ofrece, es buena persona, me cuenta que va
al hospital a ver a su amiga, la verdad es que me importa una mierda, pero
bueno hay gente que necesita ser escuchada y además me ha dado su naranja, en
fin.
Se pira en el bus, yo hago que espero uno y cuando la veo
irse, me piro hacia el retiro ¡hace un frio! Joder, la guarra esta que no puede
tener una casa con agua, de pronto le pido un cigarro a un tío que está
hablando por un móvil, da unas voces que te mueres, eso me da una idea, la Feli
habrá ido a pillar, saco mi móvil y la llamo, tarda como un millón de años en
coger el móvil-hola, estoy en la tunda ahora no puedo hablar¿ me vienes a
buscar al tren?- ale con la tía esta, ya la vale, ahora me tengo que ir a
buscarla hecho un guarro, de eso nada que se quede allí esperando hasta que
llegue, no a ver si se va a meter toda la mierda, u, uy, que mosqueo tengo con
esta piba, como ni pille algo bueno, se caga, llego al retiro como una fiera,
me lavo en una fuente¡ joder como está el agua!, me piro a toda pastilla, llego
al metro, con las pelillas que tengo pago el billete, me voy al vagón y va
vacio, mejor así me puedo sentar, que bien se está por lo menos calentito,
aunque como la tía esta tarde me voy a poner un poco mal, joder.
Salgo y la veo hablando con el tiñoso del Armando, pero me
voy como una ventolera, la Feli me hace una seña, joder esta tía es grande ha pillado
guapamente, joder esta tía vale su peso en oro, aunque esta un pelín esquelética,
pero bueno, de pronto veo a un pavo que va fumando y le pido un cigarro, el tío
me lo larga y claro le pido fuego y me lo enciende, me pregunta cómo puede llegar al Gregorio Marañón,
se lo cuento así en brevedad es que tengo prisilla- puede ir a coger el metro
hasta Ibiza, hace un trasbordo pero pregunte en el metro porque no controlo la
línea muy bien- le miento es que de pensar que la Feli tiene el cote me estoy
poniendo muy nervioso- también puede cruzarse la acera y coger el autobús 143-
el tío me da las gracias y yo me siento más feliz de poder llegar a ver a Feli
y el tema, me da un beso y nos vamos a casa, en el metro, la tía esta súper
feliz ha pillao una bola de narices, miro al tío y sigo entonces me doy cuenta
de que no me he comido la naranja y se la doy a Feli- ¿ me has comprado una
naranja?- me vuelve a besar y que feliz le ha hecho la naranja, la pela con las
uñaras que tiene, me da una mitad y nos la comemos en metro-.
3 la pérdida del móvil.
Me visto en silencio, salgo casi sin hacer ruido, para no despertarla,
quedarme más de lo necesario supone desayunar, dar explicaciones y no quiero
relaciones, no quiero.
Bajo a la calle
¿donde narices estoy? esto parece Vallecas, en fin tengo que irme a mi
casa.
¡Hace un frio que pela!
Me topo con un tío que me pide un cigarro y fuego, entonces
me doy cuenta de que no tengo el móvil en el bolsillo, veo al tío al que le di
el cigarro, hacer señas a una tía fea y flaca del otro lado, le pregunto cómo
llegar al Hospital Gregorio Marañón, el tío me dice que puedo ir en el metro y
me señala a una de las dos paradas de bus de la acera de enfrente, le doy las
gracias y cruzo, se que el teléfono se quedo en casa de Miguel Ángel ¡madre mía!
me ha dicho que es el autobús 143, así que me subo en cuanto llega y le
pregunto al conductor, el tío me dice que me avisara cuando llegue la parada.
Me siento el autobús va vacio, solo voy yo.
Va subiendo gente y algunas se bajan, pero se nota que es Sábado,
me tiene que llamar mi novia y como lo pille el Miguel Ángel, se va a enfadar
la dije que estaría currando ¡madre mía!
El conductor del autobús me hace una seña, esta es la
parada, me ha dejado en la otra punta de donde vive este tío, me voy a toda
carrera, dirección a Adonay, llego y llamo al telefonillo, estoy tan nervioso,
que no me doy cuenta que la puerta se ha abierto, una señora me está dejando
que entre- ¿chico vas a pasar o qué?- cojo la puerta justo cuando contesta Miguel Ángel- siiiiiii- le contesto como un
poseso, son las 3 esta está a punto de llamar- soy yo, déjame subir, me he
dejado el móvil- me abre pero la puerta está abierta ya, la señora se ha
marchado.
Subo por la vieja escalera, hasta el segundo interior,
vuelvo a pensar en lo cutre que es la escalera interior, la principal toda de mármol
y esta parece un portal diferente, en todo hay clases, Miguel Ángel tiene
suerte de que sus padres le dejaran este piso para él, claro que también tiene
suerte porque trabaja en un banco, no sé por qué me pillo pensando en las
vueltas que da la vida para que seamos amigos, en fin.
El tío me está esperando en la puerta, con el móvil en la
mano- toma, te ha llamado-me dice dándome el móvil- pero no lo cogí, llámala
tu, te dejo que tengo a la rubia de ayer en la cama, hablamos el Lunes- me
despido y bajo.
Vuelvo a pensar en los precios de los pisos, en que haría si
yo fuera Miguel y de pronto veo la puerta de la calle, salgo y la llamo.
¡Hola cariño! ¿Me has llamado?-no me responde así que
continuo- no lo he podido coger, acabo de salir voy para tu casa ¿vale?- no me
contesta, de pronto entre sollozos me dice- me ha cogido el tfno. Una mujer, me
ha dicho que estaba en casa de Miguel, que tú estabas con una amiga suya en
Vallecas, no quiero volver a verte-no me da tiempo a reaccionar antes de que me
cuelgue, la tía esa la contesto el tfno. y el Miguel ni se entero, me ha
colgado, tengo que ir a su casa, tengo que decirla, intento volver a llamarla,
pero no me lo coge, me voy a toda pastilla a por ella, cuando me topo con un
señor que casi me tira de espaldas al chocarse contra mi- perdón, me dice- yo también
me disculpo pero tengo que irme, la he cagado y ahora no sé cómo solucionarlo,
al señor se le ha caído una cartera- Oiga- le llamo- ¡oiga, que se le cayó
esto!- el hombre se gira y me da las gracias, tengo que irme pero aun así veo
que el hombre va llorando.
4 lágrimas y lamentos.
Aquella mañana, como muchas de aquel mes de Enero, su hijo
no había vuelto, era casi medio día y no estaba en su habitación.
Desde que su mujer se murió, la cosa era aun mas fría pues
ninguno de los dos hablaba del tema, sabía que su hijo salía, sabía que su hijo
bebía y sabia que su hijo conducía, el lo sabia aunque hacia que no lo sabía,
por eso cuando le llamo la policía indicándole que su hijo estaba en el
Hospital casi se alegro de saber que no estaba en un deposito.
Cogió una bolsa con unas zapatillas, pijama, algo de
aseo y se fue para el Hospital, no el habían
dicho como estaba solo que estaba, eso le bastaba para saber que aun estaba
vivo, llego y fue a sala de información al paciente, una señora de unos
cincuenta años le atendió, el dijo que esperara que ahora le llamaría, la sala
estaba hasta arriba de gente, unas chicas lloraban sin parar, justo cuando
entro una chica con una bolsa y las otras se lanzaron a por ellas, le llamaron
por megafonía, el corrió hacia la habitación que le habían indicado, la señora
cincuentona, le dio unas tarjetas y luego le indico que tenía que ir a
urgencias, el fue, le enseño al señor que estaba en la puerta el papel este le
acompaño hasta que el señor paro a un joven vestido con un uniforme todo verde,
este sonrió y le acompaño, allí lleno de tubos y de maquinas estaba su pequeñín
¡su hijo, su hijo! Tenía un golpe en la cabeza, un medico se acerco, le explico
que su hijo cruzaba una calle cuando un coche le arrolló y se dio a la fuga,
que le habían traído unas chicas, que por lo visto eran amigas suyas, que una
de ellas había dado su chaqueta para taparle por el frio, le dieron papeles
para ingresar a su hijo en planta, el los relleno, en una sala que había justo
en frente, luego le llevaron con él hasta la habitación donde se iba a quedar,
el problema era el golpe de la cabeza y aunque no se había despertado, tenían
esperanzas.
¡Esperanzas, esperanzas, esperanzas! Solo pensaba en esa
palabra, entonces vio la chaqueta de la muchacha, dejo las cosas de su hijo en
un armarito y cogió las que llevaba, estaban en una bolsa blanca, de hospital,
de hospital, bajo a la sala de espera, aquella chica debía apreciar a su hijo
Tomas tanto, como para quitarse la chaqueta con el frio que hacía y dársela, se
dirigió al bajar a la sala de espera y vio a las chicas una de ellas lloraba
sin parar, las chicas le miraron, el fue hacia ellas y con voz de calma, lo más
calmado posible se oyó decir:
¡GRACIAS!
No dijo nada mas, se quedo allí llorando, la chica le abrazo
y los dos lloraron- voy a llevar esto a casa y – la chica le abrazo- voy a
cambiarme luego vendré a quedarme con él, puedes subir ahora a la habitación-
ella asintió y salió, fuera seguía haciendo frio, no vio al tipo que se estampo
contra él, le pidió perdón y siguió su camino, hasta que este le llamo, llevaba
en la mano la cartera de su hijo y se la dio, el tipo iba con un móvil en la
mano y parecía muy nervioso, bueno si estaba en el hospital puede que alguien
estuviese mal en su familia, se giro y sitio hacia su casa.