¿Cuanto hace que deje de formar parte de la humanidad como tal?, desde que me convertí en lo que soy.
Mi padre había invertido todo su dinero en el nuevo mundo, partimos.
En el barco iba un extraño viajero, alguien que había comprado los billetes justo cuando el barco zarpaba, un príncipe que venía del norte de Europa.
No le vimos subir al barco, estábamos confinadas en un camarote, no podíamos salir a pasear, al no ser que el capitán lo aconsejara.
Fue partir y todo el tiempo se volvió gris, no había cielos azules, si no nubes y claros, grises, recuerdo mirando por la proa y sintiendo la sal en la cara, me recuerdo y aquello me produce una sensación de soledad inmensa.
Un día el temporal era más fuerte de lo normal, el capitán nos ordeno encerrarnos a toda la familia, el barco se agitaba y pronto el barco se partió.
Fue horrible, se oían los gritos de la tripulación, gritar sin cesar.
Todos nosotros abrazados, mi padre salió del camarote y no volvió, pronto vimos como el agua lo llenaba todo, el gran mar nos estaba tragando.
Mi madre nos obligo a salir y a subir al más alto, pero ella cayó y fue engullida por las negras olas, mi hermano pequeño fue cogido por un marinero y lo subió en una barca, pero cuando iba a hacer lo mismo conmigo, caí.
El agua estaba helada y recuerdo como me hundí, no había sonido solo silencio y oscuridad, entonces alguien me cogió.
Después de aquello me recuerdo siendo subida al barco por el marinero, buscando supervivientes por el mar.
Me recuerdo, herida, el marinero dijo que un pez me tenía que haber atacado, por las extrañas marcas de mi cuello.
Un carguero Holandés nos llevo a tierra, allí fui acogida junto con mi hermano por la familia Méndez.
`Recuerdos’
Sin embargo, lo peor no fue perderlo todo, fue mi enfermedad, no podía comer y empecé a perder peso, me miraban y me miraban y los médicos no daban con que me ocurría.
¡Un día morí!
Recuerdo despertarme en una tumba con la tierra cubriendo la caja, la angustia de despertarme, eso fue lo peor.
Sin embargo, algo en mi interior me llamaba, algo que me daba ganas de salir de allí y cuando el poder de esa tierra ya me agoto, una mano me saco desde el fondo.
Era mi príncipe, el Nosferatun del que hablaban en Europa, era la misma mano que me saco de las aguas del océano, dándome una nueva esperanza de vida.
‘Recuerdos ’
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