El cuento del asteroide 275 Sapientia.
En el cinturón Kuiper de asteroides que hay justo tras nuestro nuestro sistema solar, habitaba un asteroide como otro cualquiera, este tenia por numero 275.
Pero un día hubo un choque, un pequeño altercado entre otros asteroides que habitaban en sus cercanías, unos asteroides frios, duros pero muy territoriales.
Tras el terrible enfrentamiento, uno de los agredidos fue destruido en mil pedazos provocando una serie de choques, desmenuzamientos y salidas de orbita.
Esto fue lo que precisamente le ocurrió a nuestro asteroide, lanzado al espacio exterior como una roca sin nombre ni detalle, se precipito por el espacio sin pertenecer a un lugar concreto, iba tan enloquecido huyendo que no se dio cuenta de ser atraído hacia una enorme masa , un planeta gigantescos a millones de años luz de su galaxia, este choque hizo que nuestro asteroide sin darse cuenta formara parte de dicho planeta.
Desde entonces el asteroide la sapientia, dejo de ser un asteroide y formo parte de una galaxia llamada el ojo de Dios.
En el cinturón Kuiper de asteroides que hay justo tras nuestro nuestro sistema solar, habitaba un asteroide como otro cualquiera, este tenia por numero 275.
Pero un día hubo un choque, un pequeño altercado entre otros asteroides que habitaban en sus cercanías, unos asteroides frios, duros pero muy territoriales.
Tras el terrible enfrentamiento, uno de los agredidos fue destruido en mil pedazos provocando una serie de choques, desmenuzamientos y salidas de orbita.
Esto fue lo que precisamente le ocurrió a nuestro asteroide, lanzado al espacio exterior como una roca sin nombre ni detalle, se precipito por el espacio sin pertenecer a un lugar concreto, iba tan enloquecido huyendo que no se dio cuenta de ser atraído hacia una enorme masa , un planeta gigantescos a millones de años luz de su galaxia, este choque hizo que nuestro asteroide sin darse cuenta formara parte de dicho planeta.
Desde entonces el asteroide la sapientia, dejo de ser un asteroide y formo parte de una galaxia llamada el ojo de Dios.
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