el armario

No sabía cómo pero ahora era la propietaria de aquella maravillosa casa, la casa de sus sueños.
Desde que su querida amiga muriera en extrañas circunstancias dejándole la casa a su nombre, no había visto el momento de volver a ella. La habitación de su amiga estaba en el ático, tenía una pequeña habitación interior donde siempre se alojaba cuando era niña e iba a su casa.
Tampoco supo muy bien el por qué de su amistad con la chica más rica del pueblo, pero desde que llego al pueblo aquella niña rica, pija y idiota se había querido ganar su confianza, la invitaba a su casa, la mansión más bella del pueblo, a tomar té con abastas y a comer con sus familiares.


Ella nunca la respondió, ella vivía en un piso de 30 metros cuadrados, empotrado en un horrendo edificio de 5 plantas, el baño era compartido en el exterior de un ruidoso patio y sus padres nunca estaba, nunca desde que nació su tía se quedo a su cargo, esa misma tía que cuando llegaba con algún amigo la mandaba a la escalera hasta que el hombre se marchaba, u.
Cerró los ojos y apretó los puños, ahora ella era la propietaria de la casa y del dinero de su amiga, un regalo del cielo aquella tonta pija, pensó sonriendo para sus adentros.
Entro, la casa esta va caldeada e iluminada, los guardeses la habían dejado así antes de irse a cenar a su propia casa.
Subió al piso alto, a su cuarto en la buhardilla y soltó las maletas, después se desvisto quedándose en combinación y bajo a la cocina, descorcho una botella de vino tinto y subió con ella en la mano, no cogió copa, para qué nadie la veía.
- Mira tía- grito bailando en la habitación y cantando- mírame ahora asquerosa pija ¿quién es tu amiga del alma? Jjajajaja- rio y rio hasta que oyó un ruido extraño, la puerta del que en la infancia fuera su cuarto ocasional se había abierto de par en par.
Entro, despacio y miro a su alrededor, todo estaba igual, ella con su amiga en la cama leían un extraño texto y su amiga la miraba con cara de risa- pero qué asco de vino caro- pensó y tiro la botella contra el suelo, esta se rompió en pedazos salpicando todo de vino rojo y resbalando hacia sus pies, entonces lo noto cálido muy cálido, miro hacia la cama, las niñas ya no estaban pero si su amiga, se reía.
Cállate- grito- tu estas muerta y yo no- dijo con firmeza, entonces intento llegar a la puerta de la habitación pero la puerta era tan pequeña que no podía sacar más que un brazo, al tumbarse en el suelo, los cristales se clavaron en su cuerpo, intentaba sacar el cuerpo pero no podía, y la risa de su amiga muerta era casi un cantico.
Cállate- grito- los muertos no vuelven, son solo ilusiones, es el vino- se dijo con firmeza y cerró los ojos, al girarse se había clavado un cristal en el cuello y ahora se dio cuenta de que la dolía, entonces se lo intento arrancar, era difícil tenía las manos empapadas en algo rojo, que no era vino. Era su propia sangre, intento volver a arrancarse el cristal del cuello, lo intento tumbada boca arriba mientras veía como su amiga muerta caminaba hacia ella.
Estiro y lo arranco, casi al instante en el que un surtidor de sangre la manchaba los ojos, los mismos ojos con los que veía con horror como su amiga muerta la metía en una caja, una caja de pino, un horrible olor a tierra húmeda y moho, la llegaba y la visión dejo de estar.
Al día siguiente los guardeses vieron como en la habitación del ático la nueva dueña había muerto en un charco de sangre intentando salir del cuarto que desde hacía muchos años era un armario ropero, pero lo que más llamo la atención a la policía aparte de no encontrar ni una huella, fue que la dueña intentaba salir del ropero.
Tras varias investigaciones, se cerró el caso como accidente.