Aun me recuerdo caminando por calles vacías,
Calle oscura,
Calle fría,
Aun me recuerdo sin quedar con nadie,
Yendo sola a buscar compañía,
Sabiendo donde los encontraría,
Del bulevar a Lavapiés caminando,
Porque hasta Lavapiés no tendría ni un pavo,
Aun me recuerdo en el jardín botánico,
Intentado pintar con palabras las flores,
Caminando sola,
bebiendo sola,
Aun me recuerdo siempre aburrida,
Sorteando a los babosos todos los días,
Sabiendo regresar sola a casa,
Después de cerrar los bares de Lavapiés,
Sola y en soledad definida,
Hablando con el mimo de la gran vía,
Mientras me insultaban las lumis,
Por atajar por montera,
Esa pequeña vikinga callejera,
Por compañera mi soledad comprensiva,
Ella no me dejaba de noche ni de día,
Y un buen día,
Alguien empezó a caminar a mi lado,
Me hizo dejar la rutina,
Del bulevar y Lavapiés todos los días,
Me hizo mirarme en el espejo,
Viendo que frente a mi azrael reía,
Aun me me acuerdo de aquellos días,
En los que vagaba buscando libros,
Para aclarar mis pesadillas,
Todo valía para no dormir jamás,
Todo servía si de pronto amanecía,
Pero no había compañeros,
Esa soledad era solo mía,
Paseos por el retiro frente al ángel caído,
Descubriendo que era la errata de un libro,
Buscando silabas ocultas en las páginas de mi vida,
Encontrando que de pronto,
Yo valía, tenía talento decían,
Jugaba,
ganaba,
Aun me acuerdo de tus discos,
De mis libros de poesía,
De los poemarios muertos,
De las verdades mal dichas,
Aun recuerdo la última borrachera,
Y te recuerdo mi amigo,
Con una llave en la mano,
Y en lugar de besarte,
Te vomite encima,
Pero no fue a mala idea,
Fue para defenderla a ella,
Mi soledad tan querida.
Calle oscura,
Calle fría,
Aun me recuerdo sin quedar con nadie,
Yendo sola a buscar compañía,
Sabiendo donde los encontraría,
Del bulevar a Lavapiés caminando,
Porque hasta Lavapiés no tendría ni un pavo,
Aun me recuerdo en el jardín botánico,
Intentado pintar con palabras las flores,
Caminando sola,
bebiendo sola,
Aun me recuerdo siempre aburrida,
Sorteando a los babosos todos los días,
Sabiendo regresar sola a casa,
Después de cerrar los bares de Lavapiés,
Sola y en soledad definida,
Hablando con el mimo de la gran vía,
Mientras me insultaban las lumis,
Por atajar por montera,
Esa pequeña vikinga callejera,
Por compañera mi soledad comprensiva,
Ella no me dejaba de noche ni de día,
Y un buen día,
Alguien empezó a caminar a mi lado,
Me hizo dejar la rutina,
Del bulevar y Lavapiés todos los días,
Me hizo mirarme en el espejo,
Viendo que frente a mi azrael reía,
Aun me me acuerdo de aquellos días,
En los que vagaba buscando libros,
Para aclarar mis pesadillas,
Todo valía para no dormir jamás,
Todo servía si de pronto amanecía,
Pero no había compañeros,
Esa soledad era solo mía,
Paseos por el retiro frente al ángel caído,
Descubriendo que era la errata de un libro,
Buscando silabas ocultas en las páginas de mi vida,
Encontrando que de pronto,
Yo valía, tenía talento decían,
Jugaba,
ganaba,
Aun me acuerdo de tus discos,
De mis libros de poesía,
De los poemarios muertos,
De las verdades mal dichas,
Aun recuerdo la última borrachera,
Y te recuerdo mi amigo,
Con una llave en la mano,
Y en lugar de besarte,
Te vomite encima,
Pero no fue a mala idea,
Fue para defenderla a ella,
Mi soledad tan querida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario