la llamada de la sangre

Dejo de lado los sueños
Viajo en mi realidad latente,
Como esclavo permanente
Me muevo entre incertidumbres.
No maldigo haberte conocido,
Tampoco conocer a otro igual
Más no me gusta que me adulen
Y me traten de engatusar.
Finges ser mi amiga
Oh hechicera,
Más no eres heredera de una joya,
Tan pura
Que en esencia es grandiosa en sí misma,
Quieres mi mundo y tratas de conspiro
Adueñándote de todo lo que tuve,
Más no eres como yo
En incertidumbre estas?
Pues seguirás en ella intentando conseguir mi esencia.
Sabes que es aquello que yo quiero,
Conoces el alcance de mis sueños?
Sin embargo te crees igual a mí
Pobre insulsa criatura,
Más me hastías,
Me aburres,
Me adormeces,
Ni siquiera tu sangre sacia mi codicia.
Para ver a alguien tan estúpida e inestable,
Esta noche te dejare con vida.
Llora, queriendo ser como yo.
No morderé tu cuello ahora ni nunca,
No temas que si quisiera tu corazón,
Hace tiempo que no te latiría
Insulsa.
Te condeno humana encanecida,
A crearte hechicera de calderos
Vas a ser muñequita pejiguera,
En aguas de insulsez divina.
Vuelo lejos de ti y de tu peste,
Que tus cruces me dan casi lo mismo,
Que tu estupidez me sacia de vacío.
Ten cuidado, pero ten mucho cuidado ahora conmigo.