Brujas.
Llevaba un día horrible, dándole vueltas a la cabeza cuando por fin se decidió a llamar a Cristina.
Cris era una chica muy delgada, de aspecto casi vampírico, pero al igual que ella era humana, nos conocimos en un juego de roll, de esos de vampiros y lobos.
Ambas eran vampiras y entraron a la vez por lo que pronto hicieron alianza para no ser masacradas por los demás merodeadores del lugar, una panda de idiotas convencidos de su gótico aspecto y forma, friquis al fin y al cabo.
Cristina y ella o como se llamaban en el juego y en la vida normal también, Lady vampiria y la dama oscura o lo que era lo mismo Ágata, habían quedado por la noche en el cementerio.
Como siempre a cambio de un par de mamadas al gerente del mismo les había dejado las llaves y eso era lo que ellas querían, además se suponía que eso eran la clase de cosas que las traviesas chicas góticas hacían, aunque ellas se denominaban.
BRUJAS.
Llevarían el libro de conjuros, según el cual ese era el día exacto en que las puertas se abrirían, así que ambas habían quedado para la noche, pero por algún motivo se había levantado con una extraña sensación, no debían ir.
El sueño que había tenido era normal, hasta que una extraña mujer con unas gafas (aunque no las necesitaba para ver las llevaba) y un gato negro entre sus brazos las miraba sentada en una tumba cerca de donde estaban, no es que fuese desagradable pero era peligrosa, el gato salto tras un ratón que corría por el suelo y la extraña dama se aproximo, en el sueño no andaba flotaba y llego justo donde estaban ellas, las arrebato el libro, se lo guardo.
Saco un paraguas y las atravesó el corazón a ambas.
Era imposible, absurdo, pero era el sueño.
Cuando Cris llego se tranquilizo, salimos cuando caía la noche y la puerta del cementerio se abrió tras girar dos veces la llave como había dicho el encargado.
Entramos y nos dirigimos a la tumba de Teodoro Gómez , no por casualidad ,aquella tumba según todos era de un vampiro, eso decían en el pueblo y algo debía haber , porque lo habían matado a garrote por brujería en el siglo XVIII, el mausoleo más que tumba, era impresionante con dos enormes perros que lo custodiaban, según las historias lo construyo un año antes de su muerte, un enorme ángel con un pergamino en la mano y las dos alas rotas, esculpido en la puerta era el guardián de la misma.
Cris siempre pensó que no debía ser cierto lo de ser brujo por que lo habían enterrado en lugar santo, pero ella sabía que la familia del tal Teodoro, muy rica había pagado la dispensa papal.
Comenzaron con el ritual, pusieron en la puerta de entrada las velas y comenzaron con sus invocaciones.
No paso nada, de nada.
Era ya la una y media de la madrugada cuando decidieron ir a tomarse una copa, no por nada pero aquello era un fracaso monumental.
De pronto la puerta de la tumba, cripta o mausoleo se abrió las velas se apagaron y ellas cogieron su libro y comenzaron a caminar muy despacio sin dar la espalda a la puerta.
Entonces alguien las cogió por la espalda.
Una voz melódica y suave hablo, era una mujer, un gato se las enrollo entre las piernas y siguió corriendo tras un ratón que corría por el suelo.
Una figura alta y oscura salió de la tumba, un hombre y fue hacia ellas, seguro y tranquilo se quedo mirándolas y la mujer las soltó.
Cris comenzó a parlotear, pidiendo disculpas por la intrusión y yo la miraba embobada, cuando aquel hombre la sonrió y de un solo golpe la saco el corazón del pecho y se lo comenzó a comer.
Fue entonces cuando me gire a mirar a la mujer, creí que me volvía loca, era la dama del sueño pero no había paraguas, no lo necesito porque lo último que recuerdo fue que sentí un dolor frio y seco en el pecho y vi mi corazón en su mano, ella sonreía y yo caí.
Solo escuche a la mujer decir:
Descansad en paz Lady vampiria y dama oscura, los señores de la noche os damos las gracias por la cena. jijijijijijiji-