el colico, bajo efectos de los tranquilizantes

Con la extraña fascinación de la nada, sobre mí, me quedo observándome.
Como una soga inmensa cuelga del palo más alto,
Desde la primera puesta de sol
Hasta la ventana del último de los miembros del castillo,
La nitroglicerina hizo efecto,
Con yagas alrededor de mi boca,
Una erupción cutánea alrededor de los ojos,
Sombras y el dolor en el costado.
No estoy pero he estado en mejores citas,
Me cuentas historias de muertes
No me interesan las vueltas que da el círculo imperfecto
Hace tiempo que los círculos dejaron de ser.
Otro calmante y mi cabeza entraran en delirio
Espasmos alrededor de los ojos,
No hay erupción ya,
Solo lagrimas secas que nunca caen
Me acostumbre a la morfina,
Dejemos que la costumbre
Se apodere de mí.
Una costra en una herida hedionda,
Eso soy yo.
No me gusta dar las gracias.
Pero no lo hiciste por mi si no por él.
Cuando la compasión se vuelve una certeza,
Joder no habéis notado que os han engañado,
Que no fue esto lo que se os prometió.
Yo si, por eso me quedo como costra postulanta
En herida sin cicatrizar.
Cuéntame un cuento, pues que conmigo no cuenten.