No te vi,
hasta que fue demasiado tarde,
la misma estación,
mientras tú estabas acompañado,
yo estaba sola con mi viejo libro gastado.
Tú te reías y charlabas de cosas que no escuche,
corrí pues para alejarme,
fui al otro extremo
de una estación ocupada por tu risa y por ellos.
Me quede allí apoyada,
sabía que sabias que estaba allí
Pero mi instinto es así,
el por qué no quise verte,
lo cierto es que pensé,
qué de más estaba yo,
no encajo en tu mundo,
no formo parte de él,
solo una vez fuimos
vagabundos de papel,
escribiendo en concordancia
Literaria de un segundo.
Ahora no quiero volver
a repetir mi pasado,
necesito ser yo misma
sin tu halo,
quiero pensar en silencio
es como mejor pienso
de mis cosas , de las suyas,
de los sueños, de los versos
y de un adiós que se me antoja
qué ya empiezo a echar de menos.
No sé si quiero ser tu amiga,
si quiero ser tu enemiga;
solo sé que no quiero,
sentirme como me sentía,
sabiendo que solo sientes
compasión mal entendida
y que siempre la has sentido.
Cuando subimos al tren me fui en dirección contraria
para no tener que verte
para no hablar palabra
y cuando te vi salir,
corriendo me fui a casa
para evitar que sepas porque mis labios se callan.
Temo que leas mis ojos y en mi soledad amada
Florezca tu compasión
por eso, ni te vi, ni dije nada.
hasta que fue demasiado tarde,
la misma estación,
mientras tú estabas acompañado,
yo estaba sola con mi viejo libro gastado.
Tú te reías y charlabas de cosas que no escuche,
corrí pues para alejarme,
fui al otro extremo
de una estación ocupada por tu risa y por ellos.
Me quede allí apoyada,
sabía que sabias que estaba allí
Pero mi instinto es así,
el por qué no quise verte,
lo cierto es que pensé,
qué de más estaba yo,
no encajo en tu mundo,
no formo parte de él,
solo una vez fuimos
vagabundos de papel,
escribiendo en concordancia
Literaria de un segundo.
Ahora no quiero volver
a repetir mi pasado,
necesito ser yo misma
sin tu halo,
quiero pensar en silencio
es como mejor pienso
de mis cosas , de las suyas,
de los sueños, de los versos
y de un adiós que se me antoja
qué ya empiezo a echar de menos.
No sé si quiero ser tu amiga,
si quiero ser tu enemiga;
solo sé que no quiero,
sentirme como me sentía,
sabiendo que solo sientes
compasión mal entendida
y que siempre la has sentido.
Cuando subimos al tren me fui en dirección contraria
para no tener que verte
para no hablar palabra
y cuando te vi salir,
corriendo me fui a casa
para evitar que sepas porque mis labios se callan.
Temo que leas mis ojos y en mi soledad amada
Florezca tu compasión
por eso, ni te vi, ni dije nada.
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