Camino ocultándose entre las sombras mientras pudo, finalmente oyó en la oscuridad el bufido de la serpiente, allí estaba.
El terror la paralizo, no podía continuar y intento volver a huir de la única forma que simple lo hizo, huir.
Huir sin rumbo, a la deriva, sin ninguna posibilidad de volver, pero eso había acabado no podía volver a huir ya no le quedaban sitios donde esconderse y estaba cansada de hacerlo.
La Luna volvió a aparecer en el cielo, con un resplandor típico de las noches de Enero y su corazón se acelero, allí frente a ella se encontraba una enorme pitón, gigante de color negro y con aquellos ojillos rojos, endemoniados….
Sintió como el terror la paralizaba, el sudor frió comenzó a caerla por la cara, cubierta con aquellas ropas Tuareg , aquellas ropas que el infeliz de Altahay ( el guerrero que ataca de frente) le había conseguido antes de morir engullido por aquella enorme y monstruosa serpiente negra.
- OH – dijo para si- dame fuerzas tu que todo lo puedes y todo lo sabes, tu mi magistral mama luna- termino la plegaria de golpe,Altahay le dijo que si la veía y esta la miraba a los ojos no tendría opción y moriría, si eso le dijo antes de acabar en las fauces del gran monstruo.
SE coloco delante y con toda la fuerza que pudo sacar miro al monstruo a las enormes fauces y con una ira salvaje el clavo en el interior de las mismas su espada.
El gran monstruo retrocedió, mientras con la gran cola, la golpeaba.
Anlaah callo, contra el suelo , la espada clavada en las fauces del monstruo se retorcía intentando quitársela y entonces Anlaah saco su arco, ese arco hecho en el monte de la luna y con una de sus flechas hechas de lagrimas de luna , disparo directo a uno de los ojos rojos , del monstruo este emitió una especie de grito ahogado.
- he de sacar la espada, he de sacar la espada- pensaba mientras, sus músculos se tensaban, salto como pudo mientras la gran serpiente se enroscaba sobre si misma intentado matar a aquel ser que la atacaba sin compasión, a ella a la gran serpiente, milenaria.
Fue entonces cuando Anlaah se coloco sobre la parte de atrás de la cabeza del monstruoso y bifido animal y tirando de la espada se la arranco, con un giro de muñeca se la clavo en el otro ojo.
Aun estando ciega como estaba, el monstruoso reptil hizo un intento por atraparla y ahogarla, pero Anlaah , saco del ojo la espada de su fiel amigo y de un tajo certero la levanto hacia la luna.
- muere maldita, muérete de una vez.- la lanzo con tanta fuerza contra el monstruoso reptil que la espada rebano de un tajo certero la cabeza, no separándola, pero si haciendo que tras la enorme herida unas convulsiones hicieran que se enroscara aun mas.
Anlaah, salto fuera del enorme cuerpo para no caer entre los espasmódicos movimientos y fue entonces. Cuando mirando la enorme silueta, se dio cuenta que estaba muerto el monstruo.
Se miro las manos y las ropas aun manchadas de sangre y comenzó a llorar, al principio era un pequeño llanto pero pronto se convirtió en un montón de convulsiones espasmódicas, había matado al monstruo y lo había hecho sola, con ayuda de su propia soledad y con la ira que da la venganza.
Se levanto, mientras el llanto aun no había amainado en su totalidad, se enderezo y se tapo nuevamente la cara con el velo azul distintivo del pueblo de su fiel amigo y camino, en dirección al horizonte, sin dejar que la luna cambiase de estar a su lado derecho.
La gran serpiente negra había muerto pero también volvía a estar sola. Como siempre, sola.
El terror la paralizo, no podía continuar y intento volver a huir de la única forma que simple lo hizo, huir.
Huir sin rumbo, a la deriva, sin ninguna posibilidad de volver, pero eso había acabado no podía volver a huir ya no le quedaban sitios donde esconderse y estaba cansada de hacerlo.
La Luna volvió a aparecer en el cielo, con un resplandor típico de las noches de Enero y su corazón se acelero, allí frente a ella se encontraba una enorme pitón, gigante de color negro y con aquellos ojillos rojos, endemoniados….
Sintió como el terror la paralizaba, el sudor frió comenzó a caerla por la cara, cubierta con aquellas ropas Tuareg , aquellas ropas que el infeliz de Altahay ( el guerrero que ataca de frente) le había conseguido antes de morir engullido por aquella enorme y monstruosa serpiente negra.
- OH – dijo para si- dame fuerzas tu que todo lo puedes y todo lo sabes, tu mi magistral mama luna- termino la plegaria de golpe,Altahay le dijo que si la veía y esta la miraba a los ojos no tendría opción y moriría, si eso le dijo antes de acabar en las fauces del gran monstruo.
SE coloco delante y con toda la fuerza que pudo sacar miro al monstruo a las enormes fauces y con una ira salvaje el clavo en el interior de las mismas su espada.
El gran monstruo retrocedió, mientras con la gran cola, la golpeaba.
Anlaah callo, contra el suelo , la espada clavada en las fauces del monstruo se retorcía intentando quitársela y entonces Anlaah saco su arco, ese arco hecho en el monte de la luna y con una de sus flechas hechas de lagrimas de luna , disparo directo a uno de los ojos rojos , del monstruo este emitió una especie de grito ahogado.
- he de sacar la espada, he de sacar la espada- pensaba mientras, sus músculos se tensaban, salto como pudo mientras la gran serpiente se enroscaba sobre si misma intentado matar a aquel ser que la atacaba sin compasión, a ella a la gran serpiente, milenaria.
Fue entonces cuando Anlaah se coloco sobre la parte de atrás de la cabeza del monstruoso y bifido animal y tirando de la espada se la arranco, con un giro de muñeca se la clavo en el otro ojo.
Aun estando ciega como estaba, el monstruoso reptil hizo un intento por atraparla y ahogarla, pero Anlaah , saco del ojo la espada de su fiel amigo y de un tajo certero la levanto hacia la luna.
- muere maldita, muérete de una vez.- la lanzo con tanta fuerza contra el monstruoso reptil que la espada rebano de un tajo certero la cabeza, no separándola, pero si haciendo que tras la enorme herida unas convulsiones hicieran que se enroscara aun mas.
Anlaah, salto fuera del enorme cuerpo para no caer entre los espasmódicos movimientos y fue entonces. Cuando mirando la enorme silueta, se dio cuenta que estaba muerto el monstruo.
Se miro las manos y las ropas aun manchadas de sangre y comenzó a llorar, al principio era un pequeño llanto pero pronto se convirtió en un montón de convulsiones espasmódicas, había matado al monstruo y lo había hecho sola, con ayuda de su propia soledad y con la ira que da la venganza.
Se levanto, mientras el llanto aun no había amainado en su totalidad, se enderezo y se tapo nuevamente la cara con el velo azul distintivo del pueblo de su fiel amigo y camino, en dirección al horizonte, sin dejar que la luna cambiase de estar a su lado derecho.
La gran serpiente negra había muerto pero también volvía a estar sola. Como siempre, sola.
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