La luz de los ojos de ella se reflejaba en los cristales de las gafas de aquel muchacho de pelo rojo que acababa de conocer en aquella mugrosa discoteca del centro de Madrid.
Ella ataviada con aquel vestido rojo de gran escote y largo hasta los tobillos parecía una de esas estrellas escapada de un comic de los años 50.
El se acerca a ella suavemente y la besa.
Ella sintió sus suaves labios y deseo seguir con aquel suave beso mas allá de la calleja donde estaban.
Los besos y las caricias siguieron hasta que él murmura algo de ir a su casa.
Tomaron un taxi en Cibeles ( cosa que más que probable un fin de semana es cosa de suerte) y llegaron a la periferia donde el muchacho compartía piso con dos compañeros más.
Subieron en un ascensor de esos cuyas puertas se cierran con dos portezuelas y tras las cuales se cierra la puerta principal y comenzaron a besarse.
Al llegar a la tercera planta , el ascensor paro, él había explorado el cuerpo de ella con tanta avidez que ella deseaba aquel hombre ya.
Abrieron la puerta y de pronto una voz resonó desde el fondo. Era uno de los compañeros de piso del muchacho del pelo rojo
-Pachute ¿ eres tu? Joder tio, estoy haciendo café no veas que mocazo lleva la menda con la que he venido ha vomitado en la cama y todo. ¿ Quieres?
Hay noches que es mejor no hacer planes.
Ella ataviada con aquel vestido rojo de gran escote y largo hasta los tobillos parecía una de esas estrellas escapada de un comic de los años 50.
El se acerca a ella suavemente y la besa.
Ella sintió sus suaves labios y deseo seguir con aquel suave beso mas allá de la calleja donde estaban.
Los besos y las caricias siguieron hasta que él murmura algo de ir a su casa.
Tomaron un taxi en Cibeles ( cosa que más que probable un fin de semana es cosa de suerte) y llegaron a la periferia donde el muchacho compartía piso con dos compañeros más.
Subieron en un ascensor de esos cuyas puertas se cierran con dos portezuelas y tras las cuales se cierra la puerta principal y comenzaron a besarse.
Al llegar a la tercera planta , el ascensor paro, él había explorado el cuerpo de ella con tanta avidez que ella deseaba aquel hombre ya.
Abrieron la puerta y de pronto una voz resonó desde el fondo. Era uno de los compañeros de piso del muchacho del pelo rojo
-Pachute ¿ eres tu? Joder tio, estoy haciendo café no veas que mocazo lleva la menda con la que he venido ha vomitado en la cama y todo. ¿ Quieres?
Hay noches que es mejor no hacer planes.
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