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El viaje


Caminé durante horas ,bajo la luz de la luna llena que iluminaba el valle de las sombras.

Finalmente encontre el lugar exacto donde poder cavar y allí en medio de la nada mas absoluta enterre mi corazón.

solo mientras navego vuelve a la vida, entre brumas de recuerdos, que en sustancia creo que no existen.

Precisamente por que son realidades en si mismos.











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martes, 3 de julio de 2007

un peral , un cabrero y la charca del cura

Un peral, el cabrero y la Charca el Cura.


Un viejo Peral a la rivera de la Charca el cura. Pusimos la tienda y nos bañamos en el agua más fría en la que me había metido jamás solo hay una comparación posible y es con el agua del Atlántico ni siquiera el agua de lugares como los lagos de los picos de Europa esta tan fría.

Erramos la primera avanzadilla del resto del grupo que se uniría a nosotros en unos días
La noche fue maravillosa mientras escuchábamos el canto de las nanas y los grillos con un tono natural perfecto, el cielo era un hermoso paño negro bordado de diminutos puntos de luz.

Aquel coro de ranas tenia también su coreografía una serie de parpadeos luminiscentes provocados por sus ojillos.
Era el concierto más maravilloso al que jamás había asistido y no había pagado entrada.

El día siguiente amaneció fresco pero a medida que caía la mañana el calor volvió. Decidimos que uno de nosotros fuese al pueblo a dar los datos de nuestra localización y comprar el pan y el otro se quedaba haciendo la comida. Me toco a mi ser la encargada de la comida y cuando por fin me quede sola decidí bañarme sin prisas. Al rato cuando ya estaba acostumbrada al agua vi bajar unas cabras a lo lejos y decidí salir de la charca para ver quien venia con ellas.

Me seque y me vestí. A los diez minutos había frente a mí mas de veinte cabras y como no un cabrero. No mas mayor de unos treinta años pero sí muy curtido.
Me pregunto si estaba allí sola y sonrió mostrando una boca desdentada.
Me comento que bajaba allí con sus cabras por el peral que tenia a mi espalda ya que por lo visto las peras las volvían locas y saco de su zurrón una bolsa con higos que me ofrecí yo le ofrecí lo único que se me ocurrió que fue agua y el bebió.

Cuando vio aparecer a mi compañero que volvía del pueblo se levanto y antes de que él nos oyera dijo:
- No deberías hacer lo que estabas haciendo esta mañana, aquí vienen muchas personas de Madrid a bañarse tal y como las pario su madre pero no están solas como tu.
- No es que me guste mirar ¿sabes? Pero no hay nada más hermoso que ver a una mujer desnuda. Por aquí han pasado muchas cosas malas y no esta bien que alguien como tu tenga que conocerlas, asin que mañana yo que tu no lo hacia más. Aunque yo estaré por aquí vigilando pa que no te pase na. Me gustan las mujeres sin miedo a la soledad.

Mi acompañante llega y el cabrero se queda con nosotros hablando del pueblo, de sus gentes y también nos dio permiso para poner las tiendas puesto que aquellas tierras tan hermosas eran suyas luego se despidió.
Nunca pensé mientras estuvo conmigo que me hubiese estado mirando escondido en aquellos montes pero lo hizo. Durante los cinco días que estuvimos allí bajo siempre a la misma hora, solo que el resto de las veces erramos mas y no volví a escucharle como aquel día.

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