Estaba en un bosque, hacia frio y era de noche.
La oscuridad lo cubría todo, sabía que venían a por mí,
lo sabía.
Solo yo era culpable de ser lo que soy, solo yo debía morir,
me ocupe de sacar a todos aquellos que no debían morir, niños, animales y
artistas, lo único que les pedí que dejaran sus caravanas allí.
Yo sola debía enfrentarme a aquel ajusticiamiento, a
veces la bondad tiene buen pago, otras
veces como era mi caso no era así.
Me avisaron, no debía ayudar al hijo del alcalde, pero
estaba tan enfermo era tan débil.
Ahora mi pago es la muerte por fuego, la hoguera.
Arderé sí, pero no seré Azazel……………………nunca seré Azazel.
La cuestión era que si yo no estaba aquel débil hijo de
alcalde moriría, pero no lo sabían.
Oía como llegaban y me relaje, todo el campamento
estaba a oscuras, los alaridos no me levantaron prendieron fuego desde la
distancia y un ser oscuro y peligroso, salió de las sombras del bosque.
Y los que portaban las antorchas fueron sumidos en
llamas, no era mí sino morir sola.
Deje que mi corazón ardiese en llamas y mientras las lágrimas
recorrían mis ojos dije, ahora no sabéis como seguir………………………me desperté, llovía
las llamas había cesado una lluvia torrencial lo cubría todo, el vaivén de las
olas me mecía con fuerza.
Un barco, estaba en la cubierta de un barco.
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