Ópalo nació en una familia adinerada, hija de un duque que
controlaba y tenía bajo su poder más de la mitad del centro de Europa, fue
considerada una autentica bendición cuando tras varios intentos por parte de
sus padres de engendrar un hijo, nació ella.
Era una niña preciosa con un cabello negro y unos enormes
ojos, sus padres no dudaron en llamarla Ludodbrigis pero entre ellos y dado la
suavidad de su carácter y belleza suave, la denominaban Ópalo.
Desde muy niña daba la impresión de controlar muy bien todo
lo relacionado con las letras y los pergaminos eran su pasión, de hecho su
monje cuidador, en secreto la enseño a leer y a escribir, dándola a copiar
algunos de los manuscritos que el leía con asiduidad.
Ópalo era una niña suave, dulce y a sus 10 años su padre la
propuso en matrimonio, con un joven germano del que al unirse ser harían aun más
ricos e importantes.
Pero lo que no imaginaba, es que Ópalo, se negó.
De hecho la primera vez que se vieron al joven le salió un
horrible sarpullido por toda la cara, y el joven lo único que intento fue darle
un beso.
Al segundo intento el joven tuvo unos horrendos
retortijones, dado que no había forma de acercarse a su amada, acepto el
matrimonio pero siempre que ella fuera a visitarle a él a su castillo.
Ópalo no quería ir, así que el joven tuvo un horrible
accidente del que salió mal parado, ya que fue atacado por unos bandidos que le
dieron muerte.
Se hablaba en toda
Europa de ir a conquistar Jerusalén, el papa ofreció su perdón a todos aquellos
que se alistaran par a ir a recuperarla.
En aquel momento se hablaba de mujeres que eran brujas, se
hablaba de infieles, pero de entre esas mujeres infieles y perjudiciales, se
hablaba de una consejera, la de un conde que decían se bañaba en la sangre de
las mujeres y niños que apresaban en las fronteras.
Su nombre era Azulada, una belleza árabe que venía del mismísimo
Egipto, una mujer que decían embrujaba con sus enormes ojos de color Azul.
Esa mujer era capaz de abrir las puestas de Jerusalén pues
era poderosa, pero Azulaida no sabía leer e interpretar los manuscritos, y como
buena bruja que era necesitaba una pupila que la hiciera el honor de enseñarla,
luego evidentemente la pupila desaparecería, ya no era necesaria.
Tampoco podía coger a unos discípulos de Cristo como los
Cataros ya que para ellos no había mayor importancia y si uno de los suyos desaparecía
todos lo sabrían, necesitaba alguien que mantuviera en secreto esto, y busco
como dicen los cuentos, hasta que encontró a Ópalo.
Conjuro los elementos para que la joven fuera a su
encuentro, pero los cálculos fueron malos o el bien se apodero de los cálculos,
el caso es que Ópalo encontró a un joven del que se enamoro y el de ella, este
joven la protegió del ataque increíble de unos cuervos enloquecidos en el
bosque.
Azulaida mando a unos enormes lobos a matar al joven, pero
lo que ocurrió fue que el joven mato a los lobos, y entonces Azulaida se dio
cuenta de que no era el persistente joven, si no la pequeña Ópalo que con 12
años era capaz de cambiar el curso de los acontecimientos, mando unos enormes
monstruos a atraparles, pero Ópalo y su amado se escondieron en un pequeño
convento, para huir de la malvada Azulaida.
Esta mando que quemaran el convento, la joven Ópalo se lanzo
a un rio próximo para intentar huir de las llamas pero la corriente era muy
fuerte y el agua el ahogo.
Lo que Azulaida no sabía es que el padre de la joven, sabía
que estaba siendo atacada por una bruja, mando a los soldados a por ella, la
cogieron y la encarcelaron, intento seducir al padre de Ópalo, pero no pudo y murió
en la horca ajusticiada por Bruja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario