¡Muerte es lo único que entiendes!
¨En este frio ataúd,
Solo faltas tú,
Amortajado te esperare…………………….¨
(Carniceros del
norte- las tres caras del miedo)
No me daba miedo, ella lo sabía y yo también.
Dos mujeres en el grupo de los guerreros de la luz, eso
nos unió, aunque siempre sospeche que ella era demasiado ambiciosa.
Siempre lo fue y ahora lo sé, se sirvió de mí.
Para un guerrero no hay mayor suplicio que morir sin
poder defenderse, morir mientras duermes.
Fue muy cruel y muy cobarde.
Mi corazón noto algo extraño, un grito en el aire, me
estremecí.
Mire hacia fuera de la burbuja creada había alguien
preparándose para verme, alguien que necesitaba verme, algo estaba mal en el
mundo actual.
Ella había roto los sellos de los durmientes, había
asesinado a todos menos a mí y aunque esta pregunta me hacía pensar y pensar,
la realidad es que no tenía nada que decir, excepto porque no me mato a mí.
¿Mi vinculo con hades? No era posible que ella lo
conociera.
¿Creyó que yo era más débil? Además de cobarde era
estúpida.
¿Lo que insinuó el maestro era cierto? Como me iba a
amar, ella no sabía lo que era el amor.
Una voz me saco de mis cavilaciones, era Alfonso.
- hemos de irnos, el grial está siendo usado, han creado
un vinculo- estaba tan alterado que casi no respiraba mientras hablaba.
-¿la fluctuación donde esta ubicada?- dije poniéndole la
mano en el hombro, este gesto pareció calmarle- vamos a ir pero aun no estoy
del todo preparada este cuerpo no se había entrenado nunca, necesito algo más
de tiempo, pero si lo están usando es porque saben que aun no estoy preparada-
reí para mis adentros, si estaba preparada pero necesitaba que ella pensará que
no- bien Alfonso, esta noche partiremos prepara todas tus cosas.
- ¿Pero dónde vamos?- Alfonso estaba muy nervioso,
demasiado nervioso para ser inocente, toque su frente, el intento evadir mi
contacto pero no pudo, entonces leí el vinculo él había dado ayuda y cobijo a
la traidora, creía que era yo, es cierto ¿debía dejar este canal ¿abierto por
ahora?.-
SI.
-
Te perdono, no sabias quien era- mentí pero
el necesitaba mi perdón, como si eso sirviera de algo, para mí no existe el
perdón del prójimo, solo tu propio perdón, pero a él le alivio- vamos recoge,
nos vamos esta noche-.
Pareció aliviado y se relajo, por ahora Alfonso me era
útil, ella creía que yo era débil si le perdonaba, eso era algo que me venía
muy bien.
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