En aquella ciudad todo tenía un color gris, era una ciudad como otra cualquiera, cuando llego a ella la frialdad de la gente, la sorprendió comprobar que la gente iba de un lado para otro sin prestar atención por lo que ocurría a su alrededor.
Por eso y por sentirse terriblemente sola, entro en aquel grupo, por lo menos cuando estaba en internet no se acordaba de que compartía el piso con cuatro personas más, que su habitación no tenia ventana y por eso era más barata, por eso y no por otra cosa tenía un candado en la puerta, para que no la robaran las pocas cosas que se trajo de su país, por eso y no por otra cosa en aquel grupo su ira se rebajaba.
En aquel grupo de internet se sentía cerca de su gente aunque estuviera lejos, se alejaba de la realidad en la que vivía, una realidad que la llevaba a ir a un pequeño Ciber de barrio.
Aquella tarde, después de salir de trabajar en aquel bar mugroso, se fue a su pequeño paraíso, un ciber donde un habitáculo de menos de un metro y medio, era el mejor lugar del mundo; pero aquel día iba a ser especialmente extraño, un enorme tipo de algún país del este de Europa entro en el ciber, le dieron el habitáculo de al lado.
Había comenzado su charla con alguien del otro lado de la red, cuando el tipo grande comenzó a golpear la pantalla del ordenador, la golpeaba con toda su fuerza.
El chico que estaba a cargo del ciber, se acerco para intentar detenerle, pero la ira de este hombre era tan fuerte, que sin querer la golpeo.
En otras circunstancias ella no hubiera reaccionado así, pero en aquel momento estaba interrumpiendo su conversación, estaba interrumpiendo el único momento en que se sentía persona.
No se lo pensó dos veces, saco de su bolso unas tijeras y se las clavo en la mano al hombre grandote, este al sentir el tijeretazo en la mano, la soltó un bofetón que la tiro contra la pared, el encargado de la tienda intento calmar a ambos, pero ella ya no tenía ganas de estarse quieta, como si el poder de la ira la dominase, salto sobre él y le clavo las tijeras en el cuello, el hombretón cayo contra el teclado. Lo peor vino después cuando el hombretón se saco las tijeras del cuello llenando todo de sangre y cayendo muerto.
Después de quelpo ella fue encarcelada, el encargado del caber dejo el empleo y todo por un golpe de ira.
Por eso y por sentirse terriblemente sola, entro en aquel grupo, por lo menos cuando estaba en internet no se acordaba de que compartía el piso con cuatro personas más, que su habitación no tenia ventana y por eso era más barata, por eso y no por otra cosa tenía un candado en la puerta, para que no la robaran las pocas cosas que se trajo de su país, por eso y no por otra cosa en aquel grupo su ira se rebajaba.
En aquel grupo de internet se sentía cerca de su gente aunque estuviera lejos, se alejaba de la realidad en la que vivía, una realidad que la llevaba a ir a un pequeño Ciber de barrio.
Aquella tarde, después de salir de trabajar en aquel bar mugroso, se fue a su pequeño paraíso, un ciber donde un habitáculo de menos de un metro y medio, era el mejor lugar del mundo; pero aquel día iba a ser especialmente extraño, un enorme tipo de algún país del este de Europa entro en el ciber, le dieron el habitáculo de al lado.
Había comenzado su charla con alguien del otro lado de la red, cuando el tipo grande comenzó a golpear la pantalla del ordenador, la golpeaba con toda su fuerza.
El chico que estaba a cargo del ciber, se acerco para intentar detenerle, pero la ira de este hombre era tan fuerte, que sin querer la golpeo.
En otras circunstancias ella no hubiera reaccionado así, pero en aquel momento estaba interrumpiendo su conversación, estaba interrumpiendo el único momento en que se sentía persona.
No se lo pensó dos veces, saco de su bolso unas tijeras y se las clavo en la mano al hombre grandote, este al sentir el tijeretazo en la mano, la soltó un bofetón que la tiro contra la pared, el encargado de la tienda intento calmar a ambos, pero ella ya no tenía ganas de estarse quieta, como si el poder de la ira la dominase, salto sobre él y le clavo las tijeras en el cuello, el hombretón cayo contra el teclado. Lo peor vino después cuando el hombretón se saco las tijeras del cuello llenando todo de sangre y cayendo muerto.
Después de quelpo ella fue encarcelada, el encargado del caber dejo el empleo y todo por un golpe de ira.