No sabía muy bien como había sucedido, pero la cosa era evidente.
Había cogido aquella plataforma de internet como podía haber cogido otra, ahora su web era la más viciada, tenían tantas vivistas que eran casi una institución.
El resto de las páginas eran avalad por ellos, protegidas o atacadas, en ambos casos el éxito de otras páginas, dependía de muchos de los comentarios que ellos hicieran.
Ahora apenas entraba para ver cómo iba el grupo, simplemente se limitaba a asistir a fiestas en su nombre, leer informes, hablar con los abogados o limitarse a tomar decisiones finales sobre alguna que otra demanda.
Realmente lo que comenzó como un hobby ahora era su forma de vida.
Un enorme sobre negro estaba en la mesa, sonrió, esto era cosa de Leona.
Cada víspera de difuntos, le enviaba una sorpresa tétrica para hacerle una berma.
NO había remitente, lo abrió mientras se ponía un café, cargado con dos terrones de azúcar, dentro solo había una película de vhs.
Leona se salía, cada vez más, era una fiera del susto, la mejor administradora de web que había conocidito y aunque en su vida privaba era una autentica desastre, en el grupo era un as.
Cogió el móvil y marco su número, tras cinco toques sonó un contestador y simplemente se limito a dejar un mensaje.
. Hola, Leona soy yo, por favor que narices es esto que me envías? , llámame.
Se tomo el café, luego llamo a su viejo amigo y colaborador, Antonio, estaría con su familia en la casa de campo que se había comprado, no salían de allí.
- Hola Antonio- dijo cuando al otro lado su viejo amigo contesto- Leona me ha enviado una vieja película de VHS y no tengo reproductor- dejo que su amigo le interrogara para volver a decir- no te importa que vaya y la vemos juntos- Antonio le dijo que se acercara y así lo hizo.
Se ducho, se preparo a fondo, cuando iba a casa de Antonio se sentía súper feliz, siempre con sus amigo, en aquella casa había gritos, ladridos, maullidos, risas, chapoteos en la piscina y olor a madreselva, era maravillosos.
Lo único era que estaba lejos, tenía que conducir durante tres horas, pero daba igual.
No llamaría al chofer hacia buen día, le apetecía al llevar el coche.
Bajo a su parking particular y cogió el pequeño utilitario, había sido su primer coche y le había costado una fortuna por aquel entonces era empleado de banca en un banco enorme, banco al que no llevo su dinero cuando empezó a ganarlo.
Sonrió, para sí, metió la llaves, lo puso en marcha y le costó acertar con las marchas, de echo estuvo a punto d ella mar al chofer por que estaba acelerado, su corazón parecía la caja de pandora, a punto de salir y devorar algo.
Se recompuso y antes de salir dio un par de vueltas alrededor del garaje y luego, a la calle, estaba muy nervioso, salió muy despacio.
Luego en la calle, cuando ya por fin cogió la autovía, todo fue mejor, no iba agarrotado, ni sudando, quizás coger el coche no había sido una buena idea.
El caso es que cuando llego al pueblo y tomo el desvió hacia la casa de Antonio.
Cuando llego le enseño la película, Antonio le llevo a la sala de música, estaba abajo del todo, era un soto arreglado y puso la película en el reproductor de VHS.
Pronto salió una reproducción vieja, un poco rallada por los años o por ponerla más veces de lo normal, dos chicas de los años 80 o así parecía, hablaban de haber estado investigando en un pueblo.
Presentaban a algunas personas, que contaban algo relacionado con un triple nacimiento.
Una señora que dijo ser curandera, hablaba de unos exorcismo realizados a una joven, el padre de la joven llevaba a las dos reporteras a un pequeño cementerio, por el año que aparecía en la película impreso se trataba de 1980 y el cementerio debía de ser de un pueblo de castilla la mancha, aunque no se veía en ninguna parte el nombre.
Aquel hombre les llevaba a una sepultura, con el nombre de una mujer.
Rosaura Vilches Hurtado.
No era un nombre muy llamativo, la fecha de la defunción era 1978 Abril.
El hombre negó que su hija hubiera estado embarazada, ni siquiera había tenido un hijo, murió el día que la hicieron un exorcismo.
Los dos hombres se miraron sorprendidos y sonrieron, en aquellos años había muchos exorcismos, la España profunda, como ahora se la llamaba vivía en la extraña presuposición de que enfermedades como algunas enfermedades mentales, psíquicas que incluían los ataques epilépticos, eran posesiones infernales.
El caso, es que todo parecía el típico documental de exorcismos, todo hasta que las dos chicas que conducían el documental, llegaron a una iglesia, no parecía ser la iglesia del pueblo, parecía ser como un piso, en algún sótano, con un altar y un crucifijo.
Había unas diez personas, las chicas estaban atadas y lloraban, alguien manejaba la cámara entonces, un sacerdote entro en la iglesia, estaba vestido como si fuera a realizar un ritual de exorcismo, las chicas comenzaron a insultarle, incluso ya de ellas le escupió varias veces.
El hombre comenzó a realizar el ritual con ambas chicas, la mujer que al comienzo del documental se había presentado como una curandera, le hizo un corte en el cuello a una de las chicas, esta comenzó a desangrarse poco a poco mientras, el hombre vestido de sacerdote seguía con el ritual de exorcismo, entonces apareció un hombre con la cara desfigurada.
Tras el tres jóvenes vestidas con vestidos blancos, traían unos bebes envueltos en una toquilla de ganchillos.
Tanto él como Antonio, se miraron sorprendidos, aquella película era extraña, pero más extraño era el final.
Las jóvenes se acercaron a la cámara y mostraron a los bebes a la misma, desnudos.
Las tres mujeres enseñaron a sus hijos, los tres tenían los dos sexos presentes.
Una de las mujeres entonces cayó al suelo con la silla y todo,
Los presentes se incorporaron, sacándola de allí, se veía un montón de personas pasando frente a la cámara.
Frente a la cámara se paro, una de las mujeres, era Leona.
Leona, era una de las jóvenes que llevaban a los niños hermafroditas, era una de las jovencitas, pero como pida ser.
Si ahora Leona tenía unos 30 años, como podía tener en aquella fecha 18 más o menos, claro que podía ser la madre de Leona.
De ser así- Antonio le saco de su ensañamiento- tiene que ser una casualidad – dijo muy alto- o una broma de Leona, ya sabes cómo es cuando se acerca el día de difuntos- señalo hacia la película y la quito- quédate a dormir hoy.
Sin embargo, su pensamiento le llevaba a volver a casa, averiguar algo del sobre, ese sobre negro sobre la mesa del correo.
Se despidió de Antonio y su familia y volvió a casa, antes de hacerlo paro en un pequeño bar de carretera y comió algo.
Cuando llego a casa, serian las 4 de la tarde, aparco y subió a casa, como siempre.
Todo estaba como lo había dejado, el sobre negro seguía encima de la mesa del correo.
Llamo a su asistente, el único que tenía llave y podía entrar en casa, Leona, por su puesto.
Ella contesto el teléfono, cuando le hablo de la película ella pareció reír, quedo en ir para allá inmediatamente.
Debía ser una de sus bromas de víspera de difuntos, una de esas bromas que le gastaba todos los años.
Entonces recordó algo, algo del cementerio.
Leona Vilches Hurtado, ese era su apellido, ella era hija de aquella mujer.
Leona llego y el fue contando todo lo que había visto en la cinta, todo lo que recordaba, lo de sus apellidos, lo de su rostro.
Ella parecía tranquila y de hecho, lo último que recordó fue su cara, antes de aparecer en aquella iglesia, era un curato con azulejos verdes hasta el techo, un crucifijo en el altar, que estaba cubierto con un paño bordado blanco.
Vio a las dos mujeres, ellas comenzaron a insultarles a escupirles y el las abofeteo, cogió la cámara.
El párroco entro, junto a la santa mujer.
Cuando todo el ritual termino, las mujeres estaban muertas y una voz justo detrás, dijo:
Hay que difundir el mensaje por los medios de comunicación.
El asintió.
El asintió, su página era la más vista, con muchos seguidores, una página de ocultismo de refutada fama.
El asintió, un sobre negro, día de difuntos, una cámara, leona……………………….condujo solo, una broma.
Cuando Antonio le llamo, a la mañana siguiente solo le dijo:
- Teníamos que recordártelo, se te estaba olvidando, el dinero no era la razón- cierto, nunca fue la razón- tienes que encargarte de Leona, ella nos puede causar problemas- sintió que tenía una razón profunda- ella se cree imprescindible y es la razón por la que nos podrían descubrir-.
Se escucho diciendo, déjamelo a mí, y fue algo extraño porque una semana después leona se había suicidado, se ahorco.
Como Judas, solo que ella dejo a los pies un sobre negro con una película, en ella se la veía matando a una joven.
Había cogido aquella plataforma de internet como podía haber cogido otra, ahora su web era la más viciada, tenían tantas vivistas que eran casi una institución.
El resto de las páginas eran avalad por ellos, protegidas o atacadas, en ambos casos el éxito de otras páginas, dependía de muchos de los comentarios que ellos hicieran.
Ahora apenas entraba para ver cómo iba el grupo, simplemente se limitaba a asistir a fiestas en su nombre, leer informes, hablar con los abogados o limitarse a tomar decisiones finales sobre alguna que otra demanda.
Realmente lo que comenzó como un hobby ahora era su forma de vida.
Un enorme sobre negro estaba en la mesa, sonrió, esto era cosa de Leona.
Cada víspera de difuntos, le enviaba una sorpresa tétrica para hacerle una berma.
NO había remitente, lo abrió mientras se ponía un café, cargado con dos terrones de azúcar, dentro solo había una película de vhs.
Leona se salía, cada vez más, era una fiera del susto, la mejor administradora de web que había conocidito y aunque en su vida privaba era una autentica desastre, en el grupo era un as.
Cogió el móvil y marco su número, tras cinco toques sonó un contestador y simplemente se limito a dejar un mensaje.
. Hola, Leona soy yo, por favor que narices es esto que me envías? , llámame.
Se tomo el café, luego llamo a su viejo amigo y colaborador, Antonio, estaría con su familia en la casa de campo que se había comprado, no salían de allí.
- Hola Antonio- dijo cuando al otro lado su viejo amigo contesto- Leona me ha enviado una vieja película de VHS y no tengo reproductor- dejo que su amigo le interrogara para volver a decir- no te importa que vaya y la vemos juntos- Antonio le dijo que se acercara y así lo hizo.
Se ducho, se preparo a fondo, cuando iba a casa de Antonio se sentía súper feliz, siempre con sus amigo, en aquella casa había gritos, ladridos, maullidos, risas, chapoteos en la piscina y olor a madreselva, era maravillosos.
Lo único era que estaba lejos, tenía que conducir durante tres horas, pero daba igual.
No llamaría al chofer hacia buen día, le apetecía al llevar el coche.
Bajo a su parking particular y cogió el pequeño utilitario, había sido su primer coche y le había costado una fortuna por aquel entonces era empleado de banca en un banco enorme, banco al que no llevo su dinero cuando empezó a ganarlo.
Sonrió, para sí, metió la llaves, lo puso en marcha y le costó acertar con las marchas, de echo estuvo a punto d ella mar al chofer por que estaba acelerado, su corazón parecía la caja de pandora, a punto de salir y devorar algo.
Se recompuso y antes de salir dio un par de vueltas alrededor del garaje y luego, a la calle, estaba muy nervioso, salió muy despacio.
Luego en la calle, cuando ya por fin cogió la autovía, todo fue mejor, no iba agarrotado, ni sudando, quizás coger el coche no había sido una buena idea.
El caso es que cuando llego al pueblo y tomo el desvió hacia la casa de Antonio.
Cuando llego le enseño la película, Antonio le llevo a la sala de música, estaba abajo del todo, era un soto arreglado y puso la película en el reproductor de VHS.
Pronto salió una reproducción vieja, un poco rallada por los años o por ponerla más veces de lo normal, dos chicas de los años 80 o así parecía, hablaban de haber estado investigando en un pueblo.
Presentaban a algunas personas, que contaban algo relacionado con un triple nacimiento.
Una señora que dijo ser curandera, hablaba de unos exorcismo realizados a una joven, el padre de la joven llevaba a las dos reporteras a un pequeño cementerio, por el año que aparecía en la película impreso se trataba de 1980 y el cementerio debía de ser de un pueblo de castilla la mancha, aunque no se veía en ninguna parte el nombre.
Aquel hombre les llevaba a una sepultura, con el nombre de una mujer.
Rosaura Vilches Hurtado.
No era un nombre muy llamativo, la fecha de la defunción era 1978 Abril.
El hombre negó que su hija hubiera estado embarazada, ni siquiera había tenido un hijo, murió el día que la hicieron un exorcismo.
Los dos hombres se miraron sorprendidos y sonrieron, en aquellos años había muchos exorcismos, la España profunda, como ahora se la llamaba vivía en la extraña presuposición de que enfermedades como algunas enfermedades mentales, psíquicas que incluían los ataques epilépticos, eran posesiones infernales.
El caso, es que todo parecía el típico documental de exorcismos, todo hasta que las dos chicas que conducían el documental, llegaron a una iglesia, no parecía ser la iglesia del pueblo, parecía ser como un piso, en algún sótano, con un altar y un crucifijo.
Había unas diez personas, las chicas estaban atadas y lloraban, alguien manejaba la cámara entonces, un sacerdote entro en la iglesia, estaba vestido como si fuera a realizar un ritual de exorcismo, las chicas comenzaron a insultarle, incluso ya de ellas le escupió varias veces.
El hombre comenzó a realizar el ritual con ambas chicas, la mujer que al comienzo del documental se había presentado como una curandera, le hizo un corte en el cuello a una de las chicas, esta comenzó a desangrarse poco a poco mientras, el hombre vestido de sacerdote seguía con el ritual de exorcismo, entonces apareció un hombre con la cara desfigurada.
Tras el tres jóvenes vestidas con vestidos blancos, traían unos bebes envueltos en una toquilla de ganchillos.
Tanto él como Antonio, se miraron sorprendidos, aquella película era extraña, pero más extraño era el final.
Las jóvenes se acercaron a la cámara y mostraron a los bebes a la misma, desnudos.
Las tres mujeres enseñaron a sus hijos, los tres tenían los dos sexos presentes.
Una de las mujeres entonces cayó al suelo con la silla y todo,
Los presentes se incorporaron, sacándola de allí, se veía un montón de personas pasando frente a la cámara.
Frente a la cámara se paro, una de las mujeres, era Leona.
Leona, era una de las jóvenes que llevaban a los niños hermafroditas, era una de las jovencitas, pero como pida ser.
Si ahora Leona tenía unos 30 años, como podía tener en aquella fecha 18 más o menos, claro que podía ser la madre de Leona.
De ser así- Antonio le saco de su ensañamiento- tiene que ser una casualidad – dijo muy alto- o una broma de Leona, ya sabes cómo es cuando se acerca el día de difuntos- señalo hacia la película y la quito- quédate a dormir hoy.
Sin embargo, su pensamiento le llevaba a volver a casa, averiguar algo del sobre, ese sobre negro sobre la mesa del correo.
Se despidió de Antonio y su familia y volvió a casa, antes de hacerlo paro en un pequeño bar de carretera y comió algo.
Cuando llego a casa, serian las 4 de la tarde, aparco y subió a casa, como siempre.
Todo estaba como lo había dejado, el sobre negro seguía encima de la mesa del correo.
Llamo a su asistente, el único que tenía llave y podía entrar en casa, Leona, por su puesto.
Ella contesto el teléfono, cuando le hablo de la película ella pareció reír, quedo en ir para allá inmediatamente.
Debía ser una de sus bromas de víspera de difuntos, una de esas bromas que le gastaba todos los años.
Entonces recordó algo, algo del cementerio.
Leona Vilches Hurtado, ese era su apellido, ella era hija de aquella mujer.
Leona llego y el fue contando todo lo que había visto en la cinta, todo lo que recordaba, lo de sus apellidos, lo de su rostro.
Ella parecía tranquila y de hecho, lo último que recordó fue su cara, antes de aparecer en aquella iglesia, era un curato con azulejos verdes hasta el techo, un crucifijo en el altar, que estaba cubierto con un paño bordado blanco.
Vio a las dos mujeres, ellas comenzaron a insultarles a escupirles y el las abofeteo, cogió la cámara.
El párroco entro, junto a la santa mujer.
Cuando todo el ritual termino, las mujeres estaban muertas y una voz justo detrás, dijo:
Hay que difundir el mensaje por los medios de comunicación.
El asintió.
El asintió, su página era la más vista, con muchos seguidores, una página de ocultismo de refutada fama.
El asintió, un sobre negro, día de difuntos, una cámara, leona……………………….condujo solo, una broma.
Cuando Antonio le llamo, a la mañana siguiente solo le dijo:
- Teníamos que recordártelo, se te estaba olvidando, el dinero no era la razón- cierto, nunca fue la razón- tienes que encargarte de Leona, ella nos puede causar problemas- sintió que tenía una razón profunda- ella se cree imprescindible y es la razón por la que nos podrían descubrir-.
Se escucho diciendo, déjamelo a mí, y fue algo extraño porque una semana después leona se había suicidado, se ahorco.
Como Judas, solo que ella dejo a los pies un sobre negro con una película, en ella se la veía matando a una joven.
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