Calumnia.
Eres tu la que se disfraza de verdad,
Que se oculta en recovecos de maldad.
Lacerando con tu engaño al inocente.
La historia así lo confirma.
Tras el incendio de Roma,
Se culpo a una secta inocente,
convertidos en actores
del circo de los leones,
Sin perdón perseguidos,
Esos mismos perseguidos
hicieron sus oídos sordos,
Para acusar sin compasión
de pensamientos diferentes,
Quemando y torturando
a personas inocentes,
Pues fuiste tu Calumnia
la reina de la inquisición.
Tus seguidores y adeptos envidiosos,
en su maldad mueven y matan,
es la masa que los sigue y los defiende,
haciendo de la verdad una burla,
un bufón de la justicia,
cuantos por calumnias castigados,
culpados y ajusticiados,
tantos como historias y sus por qué.
Pero en su maldad es justa,
Pues no hace distinción
Entre una reina del Nilo
o un pobre trabajador,
ecuánime en su rasero,
de mentiras medidor.
Que le da igual ya lo sabes,
Hacerte parecer un engendro diferente,
Pues eres la dama absoluta,
Tu fuiste quien hizo huir aterrada,
De un castillo a la princesa,
Pues su pérfida madrastra
Hasta la mando matar,
Acusando de traición la única razón,
Una belleza dulce y sin maldad,
Calumnia fuiste tú.
Quien ha escrito la historia,
Más aunque la verdad escondas,
Tras tu mascara sonriente,
Nunca serás suficiente para taparla.
Eres tu la que se disfraza de verdad,
Que se oculta en recovecos de maldad.
Lacerando con tu engaño al inocente.
La historia así lo confirma.
Tras el incendio de Roma,
Se culpo a una secta inocente,
convertidos en actores
del circo de los leones,
Sin perdón perseguidos,
Esos mismos perseguidos
hicieron sus oídos sordos,
Para acusar sin compasión
de pensamientos diferentes,
Quemando y torturando
a personas inocentes,
Pues fuiste tu Calumnia
la reina de la inquisición.
Tus seguidores y adeptos envidiosos,
en su maldad mueven y matan,
es la masa que los sigue y los defiende,
haciendo de la verdad una burla,
un bufón de la justicia,
cuantos por calumnias castigados,
culpados y ajusticiados,
tantos como historias y sus por qué.
Pero en su maldad es justa,
Pues no hace distinción
Entre una reina del Nilo
o un pobre trabajador,
ecuánime en su rasero,
de mentiras medidor.
Que le da igual ya lo sabes,
Hacerte parecer un engendro diferente,
Pues eres la dama absoluta,
Tu fuiste quien hizo huir aterrada,
De un castillo a la princesa,
Pues su pérfida madrastra
Hasta la mando matar,
Acusando de traición la única razón,
Una belleza dulce y sin maldad,
Calumnia fuiste tú.
Quien ha escrito la historia,
Más aunque la verdad escondas,
Tras tu mascara sonriente,
Nunca serás suficiente para taparla.
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