Navegaba mirando al ancho océano, la calma de días atrás poco a poco desaparecía tras el aire que comenzaba a insuflar las velas de mi navío.
Como había llegado a esa situación, era un poco extraño de comprender, no si se pensaba fríamente.
Nunca nos propusimos ser piratas, pero lo éramos, nunca nos propusimos ser proscritos pero lo éramos.
Todo fue una especie de confusión pero incentivada por celos y envidias, unas envidias que realmente no tenían mucha razón lógica ¿claro que desde cuando la envidia tiene lógica?
El ultimo día habíamos tenido que salir huyendo, aunque eso sí, yo no me escondí tras mis espadas, fuimos a ver a Isla de muerta al jefe de los piratas, para pedirles protección, no había traición en mis palabras, se me escucho pero no hay honor entre los bandidos.
Este crujido de barco me mantiene en pie, este mar que no se rinde, ese mundo que aun no me conoce, ese que creyó conocerme y me condeno a la horca, no aun no ha llegado la hora y por lo tanto en ese momento tampoco.
¿Si no éramos piratas por que acudir a ellos?
Si ellos me entregaban o no lo hacían, ya era cuestión de sus conciencias.
Pero como ya he dicho no hay honor entre ladrones, los más jóvenes nos mandaron a la mierda, nos repudiaron y así lo hicieron constar en sus votos.
Fuera- nos gritaba- largaros o vendrán aquí todos los buques británicos y la compañía de las Indias- nos insultaban, pero yo jamás les insulte a ellos.
El juicio fue justo, si os queréis esconder en muerta tenéis un hueco pero si los ingleses nos encuentran os entregaremos.
Era justo, así que durante la noche partimos, lentamente salimos de muerta, notaron que nos íbamos? Sí, pero se alegraron de deshacerse de nosotros.
Ahora los piratas más oscuros, navegaban en formación de tres por un mar hacia el futuro…. dicen que la Isla de la dominica tiene un penal francés, en el hay un capitán que no debe morir, tengo unos cañones que debo desempolvar y una bandera que se me arruga.
Hace tanto que no conseguimos manzanas!
Un gran marino soy yo, soy yo……..
Hervione- capitana del Lady blue.
Como había llegado a esa situación, era un poco extraño de comprender, no si se pensaba fríamente.
Nunca nos propusimos ser piratas, pero lo éramos, nunca nos propusimos ser proscritos pero lo éramos.
Todo fue una especie de confusión pero incentivada por celos y envidias, unas envidias que realmente no tenían mucha razón lógica ¿claro que desde cuando la envidia tiene lógica?
El ultimo día habíamos tenido que salir huyendo, aunque eso sí, yo no me escondí tras mis espadas, fuimos a ver a Isla de muerta al jefe de los piratas, para pedirles protección, no había traición en mis palabras, se me escucho pero no hay honor entre los bandidos.
Este crujido de barco me mantiene en pie, este mar que no se rinde, ese mundo que aun no me conoce, ese que creyó conocerme y me condeno a la horca, no aun no ha llegado la hora y por lo tanto en ese momento tampoco.
¿Si no éramos piratas por que acudir a ellos?
Si ellos me entregaban o no lo hacían, ya era cuestión de sus conciencias.
Pero como ya he dicho no hay honor entre ladrones, los más jóvenes nos mandaron a la mierda, nos repudiaron y así lo hicieron constar en sus votos.
Fuera- nos gritaba- largaros o vendrán aquí todos los buques británicos y la compañía de las Indias- nos insultaban, pero yo jamás les insulte a ellos.
El juicio fue justo, si os queréis esconder en muerta tenéis un hueco pero si los ingleses nos encuentran os entregaremos.
Era justo, así que durante la noche partimos, lentamente salimos de muerta, notaron que nos íbamos? Sí, pero se alegraron de deshacerse de nosotros.
Ahora los piratas más oscuros, navegaban en formación de tres por un mar hacia el futuro…. dicen que la Isla de la dominica tiene un penal francés, en el hay un capitán que no debe morir, tengo unos cañones que debo desempolvar y una bandera que se me arruga.
Hace tanto que no conseguimos manzanas!
Un gran marino soy yo, soy yo……..
Hervione- capitana del Lady blue.
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