Aun así

nto la tristeza de su partida,
Se que ha de irse,
Como las hojas secas se marchan en otoño,
Como los ríos mueren en la mar,

Aun así
Lo añoro,
Añoro sus versos entregados a las nubes,
Sus argumentos dichos de forma de bucle,

Siento en silencio su ausencia,
Se que ha partido y no creo que vuelva,
Pues los muertos ya no vuelven a la vida,
Es una realidad exacta en si misma,
Y mis cartas se las llevara el viento,
Ahora toca réquiem en silencio,
La sinuosa sombra de un pasado imperfecto.

Ya no hay más que decir,
No hay lamento,
Un silencio profundo meditado por mí,
Que consuma el viento de la senda de marfil,
Cuestión de formas y paralelas asimétricas,
No le diré adiós,
Por que creo que nunca le dije hola,
Pues es mejor dejar las cosas en la playa,
Las hojas mojadas en la arena,
De deshacen o se las lleva la marea,
No llorare,
Pues las lágrimas son sal y van al mar,
Además no sirve de nada llorar y llorar,
Cuando el silencio consume espacio tiempo,
Entiendo que no quiera hablarme más,
Es su forma de ser y de pensar,
Respeto su silencio y en su ausencia,
Cubriré de cenizas mi cara,
Llorare lágrimas de mar saladas,
Me pintare una nueva cara,
Y disfrazada de mañana clara,
Saldré a sonreír y reír para que nadie note las lágrimas.