Requiem

Quizás todo sea una forma de volver sobre mí misma, me congestiono en cientos de partículas, soy una y mil veces mi propia sombra.
Esquivo los nombres de las pesadillas, bajada al infierno en fase rem por cuarta o quinta vez quizás, emblema de vómitos de palabras incomprensibles.

Volubles, inservibles, doblegadas, me convierto en una de mis cartas de la baraja soy la fuerza que vence al dragón, no, solo soy un mero espectador de la catastro- fe?.
Involúcrate en la muerte y corta tus venas, veras como todo cesan.
El viento de la muerte gime tras de ti como huracán,
Es un contencioso entre tú y la desilusión,
Has vencido y ahora has de pagar por tu derrota,
Cuantas puñadas creen que merezco,
Doce una por cada mes del año,
Tres minutos para las once de la noche,
Mira Pedro como traiciono a su maestro,
Negando ser su amigo,
Yo no niego lo que soy,
Estoy maldita,
Cuando los borbotones de sangre salgan de mi garganta, cantara la mañana una canción de réquiem.
Muerte al maldito tempo, yo soy el reo que se ajusticia en la horca, cuerpo que se mece en las sombras, bajo mi cuerpo una mandrágora dará su fruto y todos los minutos de la hora serán sepulcros, así es como es.
Todo lo nacido muere, yo estoy muerta, soy el último auxilio de la voz ahogada.
Tic, tac, tic, tac, es el cocodrilo quien me lleva a la tumba.
Cantad niños perdidos, quien os abrirá las puertas ahora?