Te siento,
Como un sueño,
i noche llena de oscuras y dulces sombras.
Recorro tu castillo,
Más no busco la salida,
Busco el lugar concreto,
De reunión.
Me has estado llamando,
Pero no encontré el camino,
Ya regrese desde lo más oscuro,
Del océano,
Hasta nuestro hogar,
Siento llegar tarde,
Pero el mar estaba literalmente congelado.
La cena servida
Las velas derretidas por la espera,
Tú sentado en la larga mesa,
Solo esperando,
Con cara de enfado o quizás aburrido.
No hay escusas Salí tarde,
Espere hasta el último minuto,
Pero llegue.
Me retira la silla el mayordomo,
Me sirve el vino,
Me sirve la cena,
Noto tu ira,
Tu enfado,
Noto el viento que Silva más allá del acantilado,
Noto las ausencias y también
Noto mi no latido de corazón.
Me estabas esperando y yo entreteniéndome
Haciéndote un regalo.
No he llegado tarde por nada,
Me levanto,
La copa cae,
El vino se derrama,
Pero no me detendré,
Camino hacia ti,
Con seguridad de tiempos indefinidos,
Sabiendo lo que he de hacer con el placer del sigilo
De los sueños que no han de volver.
Saco mi regalo
Una hermosa guiznarla de flores,
Hechas de esperanza,
De sueños tuyos y míos,
De ilusiones olvidadas en el baúl del olvido
Y te las pongo en el cuello,
Tú sonríes y me sientas en tus rodillas,
Como si niña fuese,
Más no lo soy
Ambos lo sabemos
Y también que la cena había terminado
Y ahora era hora de los sueños.
Como un sueño,
i noche llena de oscuras y dulces sombras.
Recorro tu castillo,
Más no busco la salida,
Busco el lugar concreto,
De reunión.
Me has estado llamando,
Pero no encontré el camino,
Ya regrese desde lo más oscuro,
Del océano,
Hasta nuestro hogar,
Siento llegar tarde,
Pero el mar estaba literalmente congelado.
La cena servida
Las velas derretidas por la espera,
Tú sentado en la larga mesa,
Solo esperando,
Con cara de enfado o quizás aburrido.
No hay escusas Salí tarde,
Espere hasta el último minuto,
Pero llegue.
Me retira la silla el mayordomo,
Me sirve el vino,
Me sirve la cena,
Noto tu ira,
Tu enfado,
Noto el viento que Silva más allá del acantilado,
Noto las ausencias y también
Noto mi no latido de corazón.
Me estabas esperando y yo entreteniéndome
Haciéndote un regalo.
No he llegado tarde por nada,
Me levanto,
La copa cae,
El vino se derrama,
Pero no me detendré,
Camino hacia ti,
Con seguridad de tiempos indefinidos,
Sabiendo lo que he de hacer con el placer del sigilo
De los sueños que no han de volver.
Saco mi regalo
Una hermosa guiznarla de flores,
Hechas de esperanza,
De sueños tuyos y míos,
De ilusiones olvidadas en el baúl del olvido
Y te las pongo en el cuello,
Tú sonríes y me sientas en tus rodillas,
Como si niña fuese,
Más no lo soy
Ambos lo sabemos
Y también que la cena había terminado
Y ahora era hora de los sueños.
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