Bien, se que estas por ahí así que escucha- dije mirando fijamente la pared vacía donde me había aparecido escuchar una voz, un eco, un algo no conocido a la voz humana-se que vienes a por mí pero he de contarte algo, no sé si viene al caso, pero tengo ganas de contárselo a alguien.
Dicho eso el ruido ceso, no se oía nada, de hecho nada paso durante unos intensos segundos.
Luego, algo me impulso a seguir hablando, mientras el reloj de cuco que me regalo mi hermano por mi cumpleaños antes de morir, señalaba la media con su cucú tonto y monótono.
Sé que buscas de mi- dije al fin- el secreto del blues no es un sincopado, ni un afinamiento en sol- el ruido volvió, parecía decirme que siguiera y ceso- bien, no hagas simplezas, ni compliques las cosas, no hay estribillos ni lastimeras coplas, solo cuenta lo que ve tu corazón, lo que hace latir tu alma y eso será blues.
Todo comenzó a girar, no paraba de hacerlo y me maree, no podía soportar las vueltas y el calor, me sentía desfallecer, de hecho me sentía morir y de pronto el cucú tonto, se volvió melodía y……
Desperté en el suelo, empapada en sudor frio, eran las ocho y lo último que recordaba es que eran las seis, tres horas perdidas hablando de blues con una pared o la bajada de tensión de una tarde de verano.
No lo sé, pero mi alma estaba tan contenta que me duche, me arregle llamé a mi amiga Gemma y me fui con ella a dar una vuelta.
Por los siglos de los siglos. No claro, solo por un par de horas, amen.
Dicho eso el ruido ceso, no se oía nada, de hecho nada paso durante unos intensos segundos.
Luego, algo me impulso a seguir hablando, mientras el reloj de cuco que me regalo mi hermano por mi cumpleaños antes de morir, señalaba la media con su cucú tonto y monótono.
Sé que buscas de mi- dije al fin- el secreto del blues no es un sincopado, ni un afinamiento en sol- el ruido volvió, parecía decirme que siguiera y ceso- bien, no hagas simplezas, ni compliques las cosas, no hay estribillos ni lastimeras coplas, solo cuenta lo que ve tu corazón, lo que hace latir tu alma y eso será blues.
Todo comenzó a girar, no paraba de hacerlo y me maree, no podía soportar las vueltas y el calor, me sentía desfallecer, de hecho me sentía morir y de pronto el cucú tonto, se volvió melodía y……
Desperté en el suelo, empapada en sudor frio, eran las ocho y lo último que recordaba es que eran las seis, tres horas perdidas hablando de blues con una pared o la bajada de tensión de una tarde de verano.
No lo sé, pero mi alma estaba tan contenta que me duche, me arregle llamé a mi amiga Gemma y me fui con ella a dar una vuelta.
Por los siglos de los siglos. No claro, solo por un par de horas, amen.
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