TAbaco

TABACO

Marta, era una adicta al tabaco desde los 16 años en los que había comenzado a fumar. Desde que prohibió fumar en la empresa, Marta se tomaba a la hora del café el respiro para salir a fumar a la calle. Esto además de darle un respiro en su trabajo le daba también la oportunidad de charlar con otros compañeros con su mismo vicio. Fue así como empezó a entablar conversaciones con uno de ellos, Pascual, un extraño jefe de Marketing que tenía un atractivo particular para las féminas en dicha empresa. Pascual no era precisamente guapo (con aquel cabello engominado en el que debía gastar litros de aceite y aquella piel color oro de gimnasio) mas bien parecía el típico bailarín de tangos pero lo que mas gusto a Marta fue su forma de hablar. Poco a poco Marta y Pascual comenzaron una relación diferente, se enviaban emails, se llamaban para ir a tomar café y fumar. Poco importaba que Pascual tuviese hijos de 24 y 28 años respectivamente y que Marta solo contase con 26 añitos. Lo importante era lo que ambos se contaban desde como había sido su ultima relación sexual hasta como les habían sacado una muela. Poco a poco Marta fue notando como las reuniones con Pascual en la puerta de su empresa estaban comenzando a ser algo más que un cigarro a la hora del café. Poco a poco fue notando que aquellas conversaciones se estaban convirtiendo en algo más. Un buen día sin previo aviso el bueno de Pascual invito a Marta a tomar algo, era viernes de un caluroso Julio y salían un poco antes del trabajo. - Estoy solo.- comento- la mujer y los chicos están en el pueblo de vacaciones y la verdad Marta no me apetece volver a casa y tener que comer solo frente a la tele ¿te gustaría que comiésemos juntos?- Marta sintió una aprensión en el estomago, no podía creerlo llevaba todo aquel mes de Junio deseando pasar mas tiempo con Pascual y ahora esto. Acepto y nerviosa como estaba se preparo para su cita con Pascual en el cuarto de baño de la empresa. Cuando salio Pascual ya la esperaba impaciente.- He reservado en el Veneluz, sabes que hacen unas croquetas caseras buenísimas y como llevo una semana comiendo congelados pues me apetecía.- Marta estaba encantada. Cuando llegaron se sentaron uno frente al otro y comenzaron a comer y a charlar Todo era ideal hasta que llego la hora de los postres. Marta pidió un café y Pascual tarta de manzana. El camarero pidió disculpas a Marta a la hora de ponerle el café; por lo que le contó no tenían azucarcillos puesto que el proveedor no se los había podido servir. Por lo que si no le importaba servirse de un azucarero. Marta lo encontró hasta gracioso y lo acepto de buen grado (una primera cita sin este tipo de situaciones no era una primera cita). Pero para Pascual aquello no era aceptable. Finalmente Marta no tomo el café y lo que parecía haber sido una feliz velada acabo tan mal. Por un lado Pascual acabo pensando que Marta era una jovencita inteligente pero sin experiencia puesto que habría aceptado algo tan poco higiénico como usar azúcar de un azucarero en un local abierto al público. Por otro lado Marta pensó que Pascual por su edad era un machista que no permitía a una mujer tomar decisiones por si misma. Así que tanto Marta como Pascual gracias al tabaco siguen siendo amigos y gracias al azúcar no han sido amantes.