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El viaje


Caminé durante horas ,bajo la luz de la luna llena que iluminaba el valle de las sombras.

Finalmente encontre el lugar exacto donde poder cavar y allí en medio de la nada mas absoluta enterre mi corazón.

solo mientras navego vuelve a la vida, entre brumas de recuerdos, que en sustancia creo que no existen.

Precisamente por que son realidades en si mismos.











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MADRID

jueves, 4 de enero de 2007

La Huida

Todo el día había estado pensando en aquello, como siempre pero sin tomar ningún tipo de solución al respecto, tenia que bajar a comprar al mercado pero como siempre no había dinero, si pagaba la comunidad y el agua no habría posibilidad ni de comprar el pan, dios mío ahora que caía a Marcelo le debíamos casi 60.00€, bueno hoy era Jueves así que mire el reloj y entre de nuevo en el cuarto.
Tu como siempre estabas acostado en la cama, dormido, que guapo estabas cuando dormías y pensar que yo te había querido y que aun te quería, me mire en el espejo de la cómoda, ese espejo que con tanta ilusión habíamos comprado con nuestros ahorros, justo cuando nos dieron la llave del piso, no era gran cosa pero si lo suficientemente grande para los dos y los niños, recuerdo que queríamos tener 4 pero al final la llegada de los gemelos fue suficiente, como recuerdo aquellos días felices, luego no se por que empezaste a beber, después te echaron del trabajo, reducción de plantilla, dijiste, pero me temo que fue por que habías ido demasiado borracho aquella mañana.
Como me dolió que nunca me contases nada, después de eso el paro, al principio bien, ibas a buscar trabajo pero claro al final del día volvías borracho como una cuba y los niños y yo en silencio te dejábamos dormir.
Como el dinero no nos llegaba yo acepte ir a trabajar limpiando escaleras con tu hermana, dios mío, aun recuerdo como te pusiste cuando viste el dinero en la mesa, en lugar de pensar que lo había ganado honradamente me llamaste, no quiero ni pensarlo por que aun me dan ganas de llorar, aun recuerdo la caída por las escaleras huyendo de ti.
Después me pediste perdón y claro yo lo acepte, te quiero tanto, sin ti no sé que es lo que haría, además están los niños.

Te deje dormir, es que no me apetecía tener que darte el poco dinero de mi autobús para que te bajases a buscar trabajo¨al bar ¨ del Andrés.
El Andrés, cuanto le deberías esta vez, la ultima vez me pidió que me acostase con él para pagarle tu deuda, vamos antes, no sé lo que haría antes pero de ninguna manera estuve trabajando dos días sin parar en casa de la Sra. Lucia para pagarle.
Los niños casi Vivian de mi familia y de pronto algo entro en mi cabeza fue un relámpago, un autentico fogonazo, cogí mi bolso y mis zapatos sin hacer ruido y salí,
Fui a la habitación de los niños y cogí sus ropitas, pobrecitos cuatro trapitos, claro para papá era más importante beber que ellos, luego sin pensarlo mas cogí una bolsa del corte Ingles y los metí, el balón, los pañales para la noche, los dos con 6 años se seguían haciendo pis en la cama.
Mire el reloj, justo Salí.
Fuera él frió de la mañana me hizo temblar, me había dejado la chaquetilla de lana, no podía volver a subir si lo hacia me quedase, no-tenia que irme y seguí caminando en silencio hasta la parada del autobús.
Cogí el autobús y me fui hacia casa de mis padres, era como un autómata, no era yo quien se movía era otra, cuando entre mi madre dio un grito, si la paliza de ayer por la noche no la había podido enmascarar con el maquillaje, pero cuando le dije que si me podía quedar hasta que encontrase otro sitio, mi padre salió del salón (el hombre ya estaba jubilado) y su abrazo fue tan dulce que me derrumbe.
Solo escuche una frase de su boca:
1 Esta tarde iremos al abogado, tu madre recoge a los niños, tranquila hija no te preocupes veras como todo se soluciona, ven anda, ¿has desayunado? Recuerdas cuando te sentabas a mi lado a ver la tele pues anda siéntate al lado de tu padre que vamos a ver la tele.
Por fin me había ido, pero ¿estaría haciendo lo correcto? ¿No es el deber de toda mujer estar al lado de su marido en lo bueno y en lo malo?, Dios mío como te quiero pero mis hijos no se merecen pasar hambre por que no me duele tanto los golpes que me has dado como el saber que comen gracias a mis padres, ahora sentía arrepentimiento, pero no él suficiente para volver.No, no el suficiente. No quería volver, no, no volvería.

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