Hoy llueve sobre Madrid y yo me despido de ti
Cuando nos encontramos yo estaba en un momento de baja moral y tu también.
Ahora has vuelto a donde perteneces y con el tiempo volverás a ocupar el lugar que por derecho siempre fue tuyo
Hoy mientras la lluvia cae sobre un Madrid necesitado de sentimientos yo te digo adiós sin enfados ni angustias pero sí con las mismas gotas de lluvia sobre mis mejillas.
No me necesitas para nada y yo creo que tampoco. Esta amistad se baso en la colaboración de dos especies, la tuya y la mía. Conseguidos nuestros objetivos ¿de qué sirve pues mantenerla? Estarás de acuerdo que de nada.
Ahora con la lluvia de Otoño todo vuelve a su lugar. Como me gustaría que las gotas de agua al igual que barren la suciedad de las calles, barrieran esta estúpida melancolía que no puedo borrar de mi pequeño corazón, no nadie puede hacerlo ni tu tampoco.
Solo una ultima cosa. Adiós. .
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