A veces uno hace lo que ha de hacer, otras veces no
queda otro remedio u otra posibilidad, en mi caso fue el último recurso, había que
salir de allí.
No sé como lo hice, pero lo hice.
La norma prohíbe que un extraño suba en tu dragón, la
norma prohíbe que dos personas suban en el.
Hay tantas posibilidades, tantas que pueden llevarse a
cabo, tantos posibles e imposibles, que a veces solo es cuestión de tiempo que tú
hagas lo que has de hacer.
Y eso fue lo que acaeció, que hice lo que debía, la
juria me juzgaría, pues si lo haría, pero lo posible y lo imposible, no tenían cabida
en aquel momento, estábamos entre la espada y la pared.
Había que hacerlo y se hizo, la Juria, haría lo que tenía
que hacer, para eso estaba y para eso se había concebido.
Pero la posibilidad de perder a la elegida, por un error
simple de forma de huida, se me hizo imposible, es cierto que podíamos haber
huido escaleras arriba o incluso abajo, pero también es cierto, que los humanos
se cansan más que lo que como yo ya no lo somos,
La veía tan alucinada, que cuando llegamos a la casa,
estaba lela.
Se miraba las manos, se miraba los pies, no sé por qué razón,
yo también la copie y me mire las manos y los pies, puede que ella viera algo
que yo no veía, algo que era importante ver.
Al cabo de un rato ella se sentó y empezó a taparse los
ojos con las manos.
Bueno yo me empecé a cambiar un precioso gato me comenzó
a acariciar las piernas, bueno los guardianes nos reconocíamos en cuanto nos veíamos.
Dije sin más preámbulos:
-
Hemos de irnos, debes coger ropa de abrigo,
te faltan 10 minutos antes de que los que te persiguen vengan, así que date brío.
Ella me miro absorta y comenzó a meter cosas en una
bolsa, con unos colmillos de vampiro………..
Si ella supiera la verdad no se si llevaría esta bolsa.
Pero es la elegida.