No sé muy bien como fue conocerles, creo que les conocí
justo el día que casi me matan por intentar entrar a coger a mi hermana en
aquel polígono perdido.
No era muy tarde, quizás mas allá de las 9 de la noche, parecía
estar todo vacío, pero aquellos tipos salieron de los laterales a pegarme, no querían
que yo estuviera allí.
Al principio me defendí, pero luego sentí como me golpeaban
con una porra o algo pesado, después se centraron en darme patadas en el suelo,
me vi morir, cada golpe ya ni lo notaba de pronto vi unas botas, eran negras y
altas, eran unas botas de mujer, luego me deje llevar.
Cuando abrí los ojos estaba en un hospital, alguien me había
llevado a un hospital, el médico que me atendía me preguntaba que si podía
contestar a una serie de preguntas.
La persona que me había traído, me encontró tirado en una
calle y me trajo, dicha persona había dicho que me estaban robando.
Fue a los dos días, cuando aparte de mi madre y mi tía, vi a
la persona que me había salvado.
La vi aparcar, vestía toda de negro y el caballero con el
que iba también, ellos habían sido los responsables de que estuviera en aquel
hospital-
Ambos eran los responsables de mi salvación.
No habían estado en el polígono, por lo visto me tiraron en
una carretera cerca del cementerio y allí me localizaron, aunque yo no
recordaba nada de eso.
Pensarían que estaba muerto.
Paso una semana y me había prácticamente recuperado, aunque
mi mente seguía queriendo ir a sacar de allí a mi hermana.
Ahora cojeaba de la pierna derecha, de hecho no recuperaría
del todo la movilidad, me había dado una cuchillada tan profunda que había
llegado al tendón, no lo corto pero si lo dejo dañado, lo suficiente para no
poder caminar bien de por vida.
Pero me daba igual, sacaría a mi hermana de ese vertedero.
La cuestión era como había podido acabar a así, la respuesta
era, ella se dejo llevar y como siempre se dejo llevar hacia lo peor del mundo.
Cuando regrese de Panamá, lo hice porque mi relación murió y
mi madre me llamo, mi hermana había desaparecido.
Llegue a Madrid y me puse a buscar, mi hermana estaba
enganchada a la heroína, no importa como aquello fue pasando, ahora ella no
estaba, mi madre llevaba sin saber nada de ella dos meses, eso fue cuando la
dijo que no volviera mas, la casa de mi madre siempre había sido humilde, pero
tenia algunas cosas de valor, un cuadro de plata de la sagrada familia, unas
figuras de porcelana pintada a mano que fueron de mis abuelos, todo esto ya no
estaba, no había nada.
Mi hermana lo fue vendiendo, su colección de barbies, sus
vestidos, sus zapatos, cada una de las cosas que podía vender las vendió.
No la culpaba, ni la odiaba, pero tenía que encontrarla.
Con la empresa que monte hace años, de asesoría informática,
no había razón para tener que ir todos los días, de hecho mis trabajadores
daban los soportes y yo podía atender a mi hermana y olvidar a mi ex.
Aun me recuerdo buscando pistas, encontré a mi hermana con
una amiga en el centro de Madrid, estaba flaca y tenía la mirada perdida, una mirada que no
olvidare mientras viva.
Su amiga y ella estaban sentadas en la calle que va a tres
cruces, lo hacían sobre un sofá tirado, hacia frio y llevaban unos vestidos muy
cortos, con unas chaquetas y se abrazaban, me costó meses dar con ella, pero lo
hice.
Me acerque y la pedí que volviera a casa, aun recuerdo su
sonrisa, sus brazos alrededor de mi cuello, y el empujón que me dio alguien que
se hacía llamar su novio.
Intente negociar con aquel loco drogado, pero no había
forma, ella me pido que me fuera y yo lo hice, en ese momento la tenía que
haber cogido y haberme largado de allí, pero no me pareció buena idea, mas
cuando ella no paraba de decir que le dijera a mama que la quería y que era
mejor así.
Luego la amiga, la del sofá, vino corriendo y llamándome, me
dijo que fuera a un lugar en el barrio de Lavapiés, me dijo que la hora era
importante.
Fui, vi a mi hermana en un piso diminuto, estaba limpio pero
había cucarachas pequeñas por la pared, ya se sabe, que si no fumigas no se
van.
Aunque vi muchas trampas, por toda la casa, mi hermana y las
cucarachas no eran muy amigas, sin embargo allí estaba, conviviendo con algo
que no la gustaba.
Me vendía una y otra vez que estaba bien, pero sus ojos, sus
gestos, mi hermana estaban perdidos en un limbo que no la dejaba ver, odiaba
ver eso.
Mientras ella estuvo allí,
yo volví a mi trabajo.
Convencí a ella y a su amiga de venir a ver a mi madre, de ir
a la parroquia siempre que no estaba aquel ser al que llamaban novio.
Aquello duro un año, un día mi hermana me llamo estaba muy
alterada, al merluzo del novio le pasaba algo, mi hermana no paraba de llorar, pensé
que me iba a pedir dinero, pero no lo hizo, solo me pidió que la dejara ir, que
estaría bien.
En lugar de eso, me fui a su piso, nadie me abrió la puerta,
busque a la amiga, era típico, la avenida, la plaza de las tres cruces, la de
la luna, por fin la encontré en la plaza de la Beata, caminaba sonriente, la cogí
del brazo y la pregunte ella me mando a la mierda, literalmente, un vagabundo
me pidió que le invitara a un bocadillo, en aquel bar los hay muy buenos, me
dijo, acepte con la esperanza de que la amiga de mi hermana volviera, solía
pasar mucho tiempo con aquello vagabundos.
Cuando le di el bocadillo a aquel tipo, este se presento, me
dijo que no era seguro estar allí y que le siguiera, al principio pensé que
estaba loco, la gran mayoría de ellos no están bien de la cabeza.
Pero luego, aquel tipo mientras íbamos a la iglesia me
conto, que el novio de mi hermana, era un gilipollas de cuidado, un tipo que
trataba a las chicas como monedas de cambio.
Mi hermana era frágil y tenía estudios, los suficientes para
que aquel merluzo la hubiera ofrecido para pagar sus deudas, no era como favor,
era una venta.
El vagabundo me hablo de la amiga de mi hermana, me dijo que
a ella no la podía ofrecer, por eso la dejo estar.
Pregunte por qué me decía eso, el vagabundo se echo a reír y
me dijo, que lo hacía por la amiga de mi hermana, me conto que esa chica se fue
de su casa, que llego a donde ellos estaban, que fue una de ellos, pero que
aquel hijo de puta la uso, la hablo de dinero rápido, la prostituyo y la drogo,
cuando mi hermana apareció ya salía con aquel tipo.
Ahora las chicas le debían dinero a él, por la droga, por el
piso, en fin que no era fácil dejar a ese tipo.
Pero el pago de mi hermana la llevaba a un polígono, ella
iba a ser contadora, los contadores, morían, no salían del polígono.
Eran administrativos, pero ofrecerles así, era
ajusticiarles.
El vagabundo me dijo que yo había condenado a mi hermana, me
explico donde estaba y me presento a otro vagabundo, este era adicto, no se a que
drogas pero se le notaba.
El me llevo por un poco de dinero a buscar a mi hermana en
aquel polígono, pero no me siguió, me dejo entrar solo.
Cerré los ojos, estaba cansado, estaba muy cansado pero mi
madre no merecía saber que su hija no volvería jamás a casa.
Comencé una rehabilitación para la mano, me la habían
aplastado, no sé si fue una bota u otra cosa.
Pero ahora tendría que recuperar la movilidad.
Pasaron varios meses, un día vi el tfno. Que me había dado
la pareja que me rescato y les llame, no sé muy bien porque lo hice, creo que
necesitaba saber si ellos habían visto algo, si ellos conocían aquel lugar, si………
tantas preguntas y tan pocas respuestas, podía ser que ellos me encontraran
tirado en la carretera, aunque no era la forma de trabajar de aquellos grupos,
esto me lo conto el comisario, si me dejaron allí era por una razón.
La voz al otro lado del teléfono me dejo sin palabras, yo
esperaba una casa normal y lo que escuche fue, Casa de los thanatos ¿que
deseaba?
Me sentí como agobiado y colige, a los dos minutos volví a
llamar.
Al otro lado del tfno. Sonó la misma voz, casa de los
Thanatos ¿que deseaba? Quería hablar con el señor o la señora Thanatos.
Un momento por favor- dijo aquella voz, tardaron en
contestar como unos 5 minutos – el señor Thanatos no puede contestar ahora,
pero me ha pedido que le de la dirección para que pueda venir a cenar esta
misma noche.- no me esperaba esta respuesta, tarde en contestar pero acepte,
aquella voz me dio la dirección.
Pronto me vi llegando a una de las mejores zonas de Madrid,
en Conde de Casal, ahora me extrañaba aun mas que me encontraran en aquel lugar
y tirado en la carretera, puede que ellos fueran para los que trabajaba mi
hermana, ya se sabe los importantes para los que contaba.
Antes de ir y como tenía todo aquel día por delante hice una
visita a los vagabundo, a la amiga de mi hermana, a la troupe a quienes había
conocido e incluso comprendido, lo identificaba sin problemas, los llamaba por
sus nombres, realmente de ellos había solo un camino, ese estaba marcado por la
palabra elección.
Uno decide dejarse llevar y lo hace, o decide intentar
mejorar y lo hace, intenta morir y lo hace, elecciones, eso es lo que nos
diferencia, algunas son buenas y otras no lo son.
No quería que mi hermana no tuviera tumba, ni un hogar al
que volver, ni que no pudiera cambiar de opinión, todo el mundo tiene derecho a
cambiar de opinión, a decidir volver a empezar.
Fui a ver a aquellos que eran amigos de mi hermana, que habían
sido su familia durante más de tres años, solo quería que me hablaran de los
Thanatos.
Cuando llegue a la iglesia vi uno de los vagabundos, pero no
al que me informo aquel día, me informaron que murió congelado, por alguna
razón aquel hombre no se abrigo la noche en que me propinaron la paliza, murió
congelado.
Hable con uno de sus amigos, le pregunte pero el me dijo que
no me diría nada, que después de lo que había pasado todo era mejor dejarlo
como estaba, de pronto vi pasar a la amiga de mi hermana, estaba más delgada
que la última vez que la vi, iba medio encorvada, me pareció que estaba mal,
fui hacia ella y ella alzo la vista, sus ojos se iluminaron, empezó a contarme
cosas incoherentes, sobre que frío tenia o el hambre que pasaba desde que había
muerto el mantas, recordé que aquel hombre era como un padre para mi hermana y
su amiga cuando estas estaban mal, la invite a desayunar y ella acepto, aunque
me pidió dinero para pagar el alquiler, no soy idiota y se para que le daba el
dinero, llevaba una pequeña maleta de color naranja, con un pato, era vieja y
tenía una rueda rota, pero lo que yo vi fue a una niña huyendo de la vida.
Fuimos a un bar, el tipo me puso mala cara, pero cuando vio
que yo pagaba me dejo a mi aire.
Pregunte y sin saber obtuve respuestas, ella me comento que
el mantas había sido asesinado, jamás hubiera muerto por congelación, conocía
la calle, conocía la gente, luego me
dijo que yo era peligroso, pero que la daba igual, que ella tenía que seguir
viviendo, así de simple, seguir viviendo, me contó que al principio aquello era
la leche, que cuando estaba colocada era como flotar en el cielo, luego ya no
era igual, porque cada vez flotar era más caro y peor, pero que ella no hacía
daño a nadie flotando.
El egoísmo de los adictos, es algo que supera al resto, solo
ellos importan y solo estar bien es más importante que lo demás.
Me conto que echaba de menos a mi hermana, pero que en la
vida lo que hay que hacer es vivir, pero volvimos al tema de flotar.
Me dijo su nombre, Carmen y por alguna razón me dijo su
apellido, Carmen López, me hablo de sus padres, de su hermana muerta y ahora
con la perspectiva veo que me estaba dando datos para poder enterrarla.
Es curioso, lo que hace la perspectiva.
La pregunte por los Thanatos, no los conocía, pero me hablo
del Gordo, de las mamás de la Casa de campo, de cómo aquel novia las había
salvado de aquello, me hablo de quienes despachaban bien y quienes eran unos
mierdosos, me hablo de los negratas y del carpeta, me hablo del dinero que costaba
vivir, morir, o lo que yo quiera.
Me conto que algunas de las chicas de la montera eran
adictas al sexo, otras a la droga y que algunas eran chicas sin interés, fácilmente
sustituibles, me hablo hasta que fuimos a pagar el alquiler, ella subió y
espere durante una hora, cuando subí la encontré en la escalera de un porta
lucho de mierda entre Fuencarral y la plaza de la Luna, allí estaba con los
ojos ausentes, y una sonrisa en la cara, con una postura increíblemente
extraña, era como si el tronco no respondiera a su piernas, estaba sentada con
la cabeza hacia atrás, como si mirara el techo, pero lo brazos estaban apoyados
en las piernas, me acerque y ella pareció despertar, aunque su movimiento era
como el de un perezoso, lento y descompasado, es que no he dormido, murmuro y volvió
a quedarse allí mirándome a mí, pero sin verme.
Me fui y el deje, fue la última vez que la vi, esa noche
Carmen Murió de sobredosis, supongo que floto feliz en su idea de felicidad
asistida, no lo sé.
Fui a cenar con los Thanatos, me abrió a la puerta un
mayordomo, pase dentro y me recibieron tanto él como ella, parecían felices de
verme vivo, sentí que era verdad.
La cena fue buena, muy buena, ellos parecían sonreírme y
aunque no sé como lo hacían, me daba la impresión que hablaban sin hablarme.
Después de la cena, me dijeron que saliéramos y lo hicimos,
ellos me llevaron en un taxi hasta un local en el centro, justo en una de las
calles paralelas a donde había dejado a Carmen, en la mañana florando.
Entramos en un lugar extraño, era como un portal, pero nos pidieron
las entradas, aunque recoloco que el beso en el anillo a Thanatos me pareció más
de secta que de local.
La esposa de Thanatos se acerco a mí y me comento, que era
un juego de roll, más o menos, algo sobre vampiros reales, demonios, en fin no
me importaba aquel tema, solo saber que había pasado aquella noche.
Baje por unas escaleras, no eligieron las de la derecha, si
no las de la izquierda, entramo en un lugar oscuro, la música sonaba alta, muy
alta, la gente sonreía y saludaba, les saludaba.
Había gente, gente vestida extrañamente, más bien
disfrazados, ellos sonreían y me di la ligera cuenta de que él iba delante y
ella iba tras de mí, me sentí como si fuera un preso, no me gustaba aquel
lugar, ni aquella gente.
No era aquello lo que yo quería ver, pensé en donde me habían
encontrado cerca del cementerio, si seguro que estos locos hacían rituales,
demoniacos o algo así en aquel lugar y sí que me habían dejado allí, eso iba
pensando hasta que me vi con un vaso en la mano.
-
Es bourbon- dijo ella mientras me sonreía-
Rouger y yo estábamos muy preocupados por su salud, estaba francamente mal-la
gente bailaba, sonreía, aquello me pareció falso, no podía ser real, tenía que
salir a buscar a mi hermana- que tal la mano, mejor nos sentamos.
No sé como paso, pero me vi sentado en unas sillas altas,
ambos estaban frente a mí, Rouger comenzó a hablar, lo hizo con suavidad pero
yo le oía entre tanto ruido, es como si nadie nos oyera en aquel sitio, era
extraño había chicas como mi hermana, las veía bailar y beber en ausencia, había
seres extraños, había un tipo gordo bailando y yo juraría que no tenia sombra,
pero las luces en los locales de noche engañan la visión.
Rouger hablo de nuevo, esta vez dijo secamente- sabes que estábamos
en aquel cenagal¿¡verdad?- ambos asintieron, aquí no nos pueden oír-se echaron
a reír, de pronto tenia frente a mí a una preciosa muchacha, me miraba con los
ojos abiertos, muy abiertos, luego se marcho, había algo extraño en su ojos,
era algo diferente.
Comencé sin dar más importancia al lugar, pregunte
abiertamente por el que hacían en aquel lugar, la primera en hablar fue ella,
Hervione- puede que lo mismo que hacías tu, pero nosotros tibiemos más suerte.-
aquella respuesta no me gusto, no era lo que esperaba escuchar así que insistí,
pero fue entonces Rouger quien me paró en seco.- no haces las preguntas
adecuadas, lo cierto es que no importa lo que hacíamos, lo importante es saber
por qué lo hacíamos.- asentí, me había dejado cao, sus ojos eran como si me
estuviera leyendo la mente, sus manos estaban en la copa, miraba hacia la sala
como si hubiera algo mas allá de la multitud que le atrajera poderosamente, en
cuanto a Hervione la señora deThanatos estaba absorta con el pelo, se lo tocaba
y rizaba con el dedo, luego lo dejaba caer y volvía a comenzar, Rouger me saco
de mi silencio con una pregunta que me dejo sin palabras.- ¿sabías al entrar
que podías causar la muerte de la mujer?- como que la muerte, era culpable de
matar a mi hermana, era yo el responsable, intente negar pero la señora
Thanatos se adelanto.- ella está en unos montones de basura tirada, no la diste
oportunidad, vamos a buscarla.
Salimos del local, de que hablaban no podía ser, pero si era
cierto, si mi hermana estaba muerta ¿era yo la causa?
El cielo estaba cubierto de nubes parecía blanco, de lo
cerradas que eran.
Pararon un taxi y nos llevo al barrio de la Elipa, desde allí
fuimos andando hasta el cementerio, un coche paro y subimos los tres, la chica
de los ojos grandes conducía.
Fuimos hasta la vicalbaro, caminábamos en silencio, pronto
llegamos a un montón de desperdicios, había montañas de escombros, allí había
algo.
La Señora Thanatos llamo con le móvil, se acerco a mí y me
dejo hablar con alguien al otro lado, allí había un cuerpo, era el de mi
hermana.
La policía llego, no solo estaba este cadáver había mas,
cuatro en total, eran mujeres, la más reciente era mi hermana, llevaba muerta
unos dos meses, el tiempo que hacía que me habían dado la paliza, aunque la
dimos una sepultura, la causa de la muerte no me convenció, sobredosis como las
de las otras chicas.
Antes de despedirme de los Thanatos y en aquella misma
noche, Rouger me dijo algo que me hizo sentir mal pero luego y esto lo digo con
la perspectiva de los años, me hizo sentir mejor.
Me dijo:
-
No preguntes más que hacíamos allí, si no
llegamos a estar tu no podrías enterrar a tu hermana, no somos los buenos. -Se fue
hacia el coche junto con la joven y su esposa.
He intentado contactar con ellos en varias ocasiones, pero
siempre están fuera, aunque gracias a su ayuda he creado una fundación para
ayuda a los indigentes, no vale de mucho, pero es mejor que la nada.
Sé que viven por lo ingresos que llegan de su parte.
No puedo quitarme de la cabeza, quienes eran, porque no eran
los buenos y que narices hacían allí
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