Vistió a su mujer como hacia todas las mañanas, la sentó en
la silla de ruedas y la llevo a desayunar, no la gustaba el desayuno del
centro, así que él le preparaba la comida.
Luego la bajo al autobús que la llevaba al centro de día, subió
a casa y miro el reloj, las 9 y media, pronto vendría la chica a limpiar la
casa, no era mucho solo dos horas, sus hijos habían hecho que la seguridad
social y el ayuntamiento se la pusiera para ayudarles, venia dos días en semana
y no lo hacía mal.
Le hacia la comida para toda la semana, le limpiaba a fondo
la cocina, los baños y los fines de semana no estaba.
Esa era la peor parte, los fines de semana.
El y su esposa se sentaban a ver la televisión durante todo
el día, luego el ponía la comida, recogía la mesa, la volvía a poner y se iban
a la cama.
Toda la vida trabajando para ahora estar en este insulso
aburrimiento, le gustaría ser valiente, poder suicidarse, pero la vida era una monotonía
sucesión de días y se conformaba con ser útil a su esposa, porque si él no
estuviera ella iría a una residencia, eso sería bueno para ella, tener un lugar
donde estar atendida, donde su inconsciencia fuese mejor llevada, porque últimamente
no sabía ni quién era el, solo se acordaba de sus hermanos, de su padre, de su
infancia, su esposa tenia suerte, porque en el fondo la insulsez de su vejez se
había evaporado con el alzhéimer y se había vuelto transparente con el olvido.
Se miro las manos, bajo a por el pan y a por el tabaco, si
el médico se lo había prohibido pero le daba igual, cuando nadie le veía por la
calle, fumaba.
Como todas las santas mañanas, eso incluía el fin de semana,
iba a comprar el tabaco y el pan, llegaba le preguntaban por su mujer, el
charlaba un rato con la panadera y se iba al estanco, allí el chico del estanco
hacia lo mismo, le preguntaba por su mujer él le contestaba y se iba, daba un
paseo por el parque.
Se sentaba a mirar, ahora tenía un amigo era un chavalín, no
tendría mas de 10 años, pero siempre estaba solo en el parque.
SE sentaba en el banco y encendía el cigarro, tenía un
cuarto de hora antes de que viniera la chica, si era Lunes y Miércoles y si no
pues nada, no había tiempo hasta las 5 que volvía su esposa, luego aparecía el
chaval solo con su mochila y sus ojos tristes y se sentaba a su lado.
Al principio no hablaban, luego comenzaron a hablar sobre
las hojas, el día, el tabaco, en fin, cosas.
Poco a poco, el chico le fue contando que su madre se iba a
trabajar y le dejaba solo preparado para ir al cole, pero él no iba, no le
gustaba, había unos niños que le pegaban, la profe pasaba de él, todos pasaban
de él, así que se iba al parque y se sentaba cerca de algún adulto para que la
poli no le parara.
El problema del chico era su vecina la señora Clara, se iba
a las 10 así que el chico hacia tiempo hasta esa hora y luego volvía a casa, es
que la señora Clara, si no le veía salir llamaba a su madre.
Pronto el comenzó a sentir una lástima por aquel chaval y empezó
a recogerlo para llevarle al cole, hacía tiempo igual y podía fumar mientras
iba, le dejaba en el cole y le recogía a las 4, no le pillaba lejos de su casa
y hacia tiempo para que el día no fuera terriblemente largo.
Así encontró un algo que hacer que era absurdo, pero que le
gustaba, pronto aquello fue su única razón en las mañanas, para salir.
Un día el chico no apareció, fue hasta el colegio y pregunto
en secretaria, su madre y el se habían trasladado de casa y el chaval se había
cambiado de colegio, eso era muy normal según le dijeron, el chico iba como un
lazarillo de cole en cole, según cambiaba su madre de casa.
Intento conseguir la dirección pero nadie la sabia o no se
la decían, así poco a poco su vida se volvió de nuevo insulsa, tristemente
calmada, tristemente solitaria.
Así el, dejo que el tiempo le convirtiera en un lúgubre y
gris anciano.
Un buen día su mujer murió, lo hizo en su cama mientras dormía,
el decidió ir a un asilo, le hubiera gustado que como en las películas el
tiempo durara unos minutos, pero duro 13 años y una mañana su corazón se paro.
Su vida se termino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario