la gallinita ciega.

Era su 16 cumpleaños, por fin sus padres la habían dejado celebrarlo en la casa de la abuela Carlota. Eran las 9 quedaba una hora para irse cuando alguien sugirió jugar a la gallina ciega, como Laura era la anfitriona fue la primera elegida La vendaron los ojos, diez vueltas la hicieron girar y pronto solo estaba ella frente a las risas y murmullos de sus amigos. Todo estaba a oscuras, sus amigos se agolpaban aquí o allá, pero no pasaba nada. Al cabo de 20 minutos dieron la luz, un fogonazo que los hizo entornar los ojos por haber estado tanto tiempo a oscuras. Todos preguntaban dónde estaba Laura, ninguno lo sabía, así que tras buscarla por la casa se fueron a las suyas, todos pensaron que se había cansado y se había ido. Pero Laura no volvió a aparecer, de hecho la dieron por desaparecida. Sin embargo, Laura sigue buscando una salida, de hecho cuando se quito la venda pues dejo de oír ruidos, Laura no supo donde estaba. Un enorme buitre la ataco desde lo alto de la escalera, así que se escondió, en una habitación donde una mujer mecía algo en sus manos, pero solo era una muñeca rota y llena de sangre. Subió por las escaleras para escapar pero volvió a la sala del cuarto de estar, oyó a alguien llorar y salió, pero lo hizo a una calle solitaria y oscura. Corrió a esconderse de unos espantosos ruidos de cadenas, pronto encontró a un hombre vestido de gris con un enorme hacha en el hombro, aquel extraño la dio algo de comer, un pájaro degollado, estaba asqueroso pero tenía tanto hambre. Desde entonces Laura busca una salida, aunque no sabe si quiere volver, pues no sabe si esto es un sueño o lo era aquel mundo donde la dejaron jugar a la gallinita ciega en la casa de la abuela Carlota.