Surca la noche el alma de los vivos,
Como una canción cantada por el silencioso poeta llamado muerte.
Los ojos del joven crecen hasta hacerse platos,
Sus manos me desean y su cuerpo arde por mí,
Quien no desea el placer del olvido,
Yo le ofrezco la pasión sin límites,
El placer más allá del dolor,
El dolor más allá del placer,
La vida y la muerte,
En un solo elixir ¨mis labios¨.
Ven a mí,
Ven a mí,
Y siente como tras de mí solo queda la noche,
Y como tras de mí solo queda el frio mármol,
Pero ya da igual porque es lo que queda.
Pronto saldrá el sol y con el mi sueño.
Surca la mañana el alma de los muertos,
Como una canción cantada por el ruidosos poeta llamado vida.
Como una canción cantada por el silencioso poeta llamado muerte.
Los ojos del joven crecen hasta hacerse platos,
Sus manos me desean y su cuerpo arde por mí,
Quien no desea el placer del olvido,
Yo le ofrezco la pasión sin límites,
El placer más allá del dolor,
El dolor más allá del placer,
La vida y la muerte,
En un solo elixir ¨mis labios¨.
Ven a mí,
Ven a mí,
Y siente como tras de mí solo queda la noche,
Y como tras de mí solo queda el frio mármol,
Pero ya da igual porque es lo que queda.
Pronto saldrá el sol y con el mi sueño.
Surca la mañana el alma de los muertos,
Como una canción cantada por el ruidosos poeta llamado vida.
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