historia de una sirena.

Lánguida se mece la sirena,
Entre las olas de espuma y de sal,
Se deja llevar por las aguas,
Jugando con las algas va.
Mira en lo alto la bella luna,
Cuya frialdad marca su corazón,
Continúa en jugueteos lanzando espuma,
Mientras los delfines duermen a su alrededor.

Muy cerca un ingrato barco la busca,
La captura con sus redes sin dilación,
La llevan hasta la tierra firme,
Donde la estudiara un buen doctor,
Sera sometida a ultrajes varios,
La humillaran y cortaran después,
Finalmente la ultima tortura,
Prisionera de por vida en una pecera
Como un animal de feria,
Exhibida por siempre como el trofeo,
De los que la capturaron de noche y con red.