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licencia commors
El viaje
Caminé durante horas ,bajo la luz de la luna llena que iluminaba el valle de las sombras.
Finalmente encontre el lugar exacto donde poder cavar y allí en medio de la nada mas absoluta enterre mi corazón.
solo mientras navego vuelve a la vida, entre brumas de recuerdos, que en sustancia creo que no existen.
Precisamente por que son realidades en si mismos.
the music
Azrael
Gordita
Mi Tiempo
MADRID |
martes, 30 de junio de 2009
deliberaciones post morten de un verano infecto.
viernes, 12 de junio de 2009
mi muerte
Mañana estaré muerto.
Hace cinco días fui aceptado en la universidad de Oxford como alumno extranjero, una hermosa mujer vino a casa esta mañana, para hablar de una beca de estudios, la beca de la fundación mater mía.
Al principio pensé que se trataba de una broma, mi madre estaba encantada con la idea, de hecho por lo visto, fue a raíz de una representación de Haendel que fui a ver al monasterio del Escorial, en la iglesia concretamente, recuerdo haber cumplimentado unos papeles, pero no que fuesen una beca.
No soy un apasionado de la música de cámara, ni siquiera soy creyente pero mi amiga Lanía, en fin, hubiese ido a ver conciertos de pirañas, solo por intentar meterla mano.
La mujer que vino a casa era deslumbrante, aunque no debería decir esto, y alguien de esos que se creen psicólogos diría que tengo complejo de Edipo, aquella mujer era como mi madre pero en plan guapísimo.
Cuando se fue la seguí, no por que fuese sospechosa, es que era un bombón y claro yo que descubrí lo hombre que soy hace solo dos meses, precisamente con Lanía, pues me sentía como Batman o algo así.
Aquella mujer me sonreía de una forma que me daba la impresión de querer algo más que dejarme la beca.
No hizo mucho, fue a una enorme casa de las afueras y se metió en ella, me iba a ir ya, cuando una chica de coletas rubias y vestido color rosa, apareció.
Iba con un par de bolsas de esas de boutiques y me miro por entre unas enormes gafas de color rosa con cristales negros, creo que si la mujer de los papeles era guapa, esta era más.
Sonrió cuando vio que la miraba y se metió en la casa, sentí como una vergüenza enorme de verme allí parado bajo un árbol, mirando una de esas casas de ricos sin nadie en la acera de enfrente solo viejos y chachas paseando perros.
Cuando me iba a marchar un tipo enorme me cogió por detrás y me subió al coche, creo que me golpeo por que cuando abrí los ojos estaba en un sótano que olía a moho.
Era ya noche cerrada y no había luz entrando por la ventana que daba frente a la puerta, estaba sentado en una silla pero sin atar ni nada, me levante y camine hacia la puerta, reconozco que pensaba todo el tiempo que estaría cerrada, pero cuando moví el pomo esta se abrió.
Vaya captor de mierda, pensé y Salí fuera.
Subí por unas escaleras y escuche unas voces desde el otro lado de la puerta que había al final de la escalera.
Creo que ese jovencito es lo que querías Osram – un murmullo resonó- ahora yo quiero lo prometido el puesto de mi marido, pero no veo que hayas matado aun a Serlen.
Traerme al chico- dijo una voz de hombre, la puerta se abrió y el mismo gorila que me golpeo en la calle entro y sonriendo me saco fuera.
Estaba detrás de la puerta, Osram- dijo el tipo empujándome, estaba claro que muy amable no era.
Chico, ¿qué hacías frente a esa casa?- pregunto el tal Osram que tenía aspecto de un tipo de esos que bailan tango, todo repeinado y con una camisa de seda roja pantalones blancos pero lo que más me inquieto fueron sus ojos, no tenia pupila, eran como de color purpura, lo sé las lentillas de Manson dan miedo, pero este tipo era una pasada.
Poco sabía yo que esto era mi muerte, de verdad que hay veces que uno debe saber si está vivo o va a morir, pero no tenía yo esta certeza en mi cabeza, solo imaginaba que estaba allí por espiar, nunca pensé que yo era objeto de cambio.
Sentí un empujón, el tiparraco se estaba explayando conmigo, desde luego que aquello no estaba bien.
Fui a ver a una amiga- dije y reconozco que aun no sé por qué dije eso, pero lo solté como un todo global.
La mujer una tía de esas de película, jamás en mi vida había estado junto a mujeres tan guapas en un solo día, su cabello era rojo y sus ojos al contrario que los del tal Osram eran verdes, intensos, comenzó a reír sin parar, eso provoco mi sonrisa y la ira de Osram, que me dio una bofetada pero que parecía como si me hubiese golpeado con un ladrillo, joder me rompió el labio.
Es igual de chulo que ella, no cabe duda aparte del físico es su nieto, traer al lobo- dijo, dos tipos delgados y pálidos salieron y trajeron a un enorme chaval de pelo negro, este estaba peor que yo, pobrecillo lo trajeron arrastrándolo mientras lo llevaban cogidos por los sobacos.
Lo tiraron a los pies de la pelirroja, que me guiño un ojo y haciendo un gesto al grandullón que me había secuestrado en el coche cogió al tal lobo y me soltó con los tipos delgados.
Fue entonces cuando un golpe seco sonó justo tras de mí, la rubia de las bolsas de boutique, vestida de negro y con las dos coletas había entrado por detrás, como no con las gafas de sol, vamos que no debía de ver ni un burro.
Me cogió del brazo mientras otro tipo este grande y fuerte, muy alto cogía a la mujer de pelo rojo y la lanzaba contra la pared que se rompió, como en las películas.
Aquella chica me cogió del brazo y me hizo salir por aquella puerta, mientras el tal Osram gritaba algo como no le dejéis escapar.
Yo me fui con la rubia guapa, olía como fresas o algo así, subió en una moto y me hizo un gesto para que me agarrara, me agarre a ella, claro pero no como hubiese querido, es que la chica me miro con una cara, de pásate y te paso, preferí cohibirme.
He de confesar que me sentía como si fuese en la moto de CAT woman, o algo así, esto no lo podría contar más que nada porque los colegas no me creerían.
Un coche nos adelanto, era el del tipo de dos metros con el tal lobo en el asiento del copiloto, entonces ella acelero y yo casi me caigo de la moto.
No sé lo que tardamos, pero he de reconocer que aquello era como correr en la moto de Rossi.
Nos paramos en unas ruinas, un enorme tipo con abrigo negro avanzo, pensé que debía ser el jefe pero me confundí, el jefe vino con la mujer de la beca.
Su cabello corto y negro, era dulce y bella, madre mía seguía recordándome a mi madre. El tipo en fin era delgado, pálido con el cabello corto y sus ojos eran también burdeos, sonrió y la miro a ella, luego dijo- es igual que tu, mi querida Andrea, es igual, Osram no ha tenido dudas cuando lo ha visto por eso.
Ella sonrió y se acerco a mí, la verdad es que me sentía como un conejo al que examinan para comer- si es igual que mi hija- dijo ella- no temas Adrian, no pasa nada.
Aquellas palabras me asuntaron, mucho, porque su mano era hielo y dura¿ no quería estar ahí, porque la seguí, que le paso a mi cabeza!. La rubia guapa hablo-debemos convertirle en uno de los nuestros o le encontrara ya le ha olido Osram es el mejor cazador que he conocido- se quedo en silencio el tipo alto, que había llegado con el coche y el tal lobo también hablo- ser los últimos y la resistencia con un lobo tiene un pase, pero con humanos, me niego.
El tipo que estaba cerca de Andrea, asintió, pero Andrea negaba con la cabeza- le llevare a Londres y de ahí a Oxford y no le encontrara- el tipo hablo fue frio y no me gusto lo que dijo, aunque no entendía de que hablaban sabia que me iban a hacer algo raro- ya le ha olido, no pienso perderos a vosotros, mi familia, por un humano, ya nos ha visto y sabes las normas, sabes las causas y sabes que hemos de hacer.
Una hora Andrea, solo te doy este tiempo, Serlem- dijo mirando al tal lobo- tenemos que hablar ahora.
La rubia me dio un beso en la mejilla, también estaba helada y me dijo- no duele más de dos días, te acostumbraras.
Joder, pensé, esto no me gusta, tengo que irme, pero Andrea me abrazo y antes de que me diese cuenta un dolor horrible atravesó mi garganta, sentí una punzada, era como si un animal me hubiese mordido en el cuello, luego sentí otro al otro lado de la garganta y cerré los ojos, me desmayaba, ella me sujeto, era suave y sin embargo sentí un frio enorme en las piernas y en los brazos, mi vida se iba, fue suave, y entonces, mientras mis ojos se iban cerrando, me hablaba, me conto como ella se había convertido, me hablo de una familia, de Osram atacándola en venganza, me mostro su cuello cubierto por un fular verde, mis ojos se cerraban, note mi corazón latir a mas de mil por hora, me sentía sin aire, me dijo suavemente -Tienes dos horas hasta el alba, luego morirás……
Justo cuando salía el sol sentí un dolor horrible en mi pecho, creo que voy a morir, veo como me cogen por los brazos y me suben a un coche…. solo oigo el viento y veo las hojas volar por encima de mi cabeza.
Me duele todo, no quiero morir, morir, morirrrrrrr……duele, duele mucho……el techo del coche es gris…………..
lunes, 1 de junio de 2009
El teatro de los horrores- escena cuarta, vida y muerte del amor.
Se levanto como todos los días, ya hacía tiempo que no recordaba levantarse antes de las tres del medio día. Se miro en el espejo, tenía un aspecto horrible allí, pálida con aquellos moretones alrededor de su cuello y muñecas, aquellas laceraciones que la atravesaban los costados, el espejo entero del armario ropero era desalentador, se la notaban todas las costillas, miro a la mesita de noche y sonrió. Tomo una papelina de encima y esnifo suavemente la meta anfetamina, desde que la descubrió dejo la coca y todo lo demás. era una estrella de un teatro de una esencia y tenía una imagen que mantener y tenía un tipo que la retiro y la mantenía. Era divertido si se pensaba con calma, Nadia había llegado de La antigua Unión Soviética, concretamente de Eslovenia, buscando dinero, fama y que tenia, comenzó a reír, adicción a al cristal, golpes y un tipo que se había hecho cargo de ella. Munga, no era mal tío, era de Senegal, un tipo fornido que había sido nacionalizado en España como boxeador y que disfrutaba pegando, cuando la vio actuar en el teatro de los horrores, disfruto eso le dijo. Se miro la cara, la admiraba, la deseaba, y ahora era toda suya, de hecho era lo único que tenia; Munga y el cristal. Fue a la ducha, miro el reloj, madre mía ya eran las cinco, pero cuanto llevaba mirándose en el espejo. No pensó mas, esta noche era grande, Munga la iba a llevar a una fiesta especial, la había comprado un hermoso vestido, único requisito que no tomase nada, pero antes de la fiesta, claro estaba que eso no incluía el desayuno ¡ qué narices Munga siempre la había conocido colocada! ¿cómo narices iba a darse cuenta de que no lo estaba?. Era actriz, modelo y adicta, juntos estos tres datos la convertían en una mentirosa compulsiva, volvió a reír. Tras la ducha se maquillo, tapo los moretones, las marcas, luego la cara, madre mía estaba hasta guapa, se puso un tanga de cacharel guapa por dentro guapa por fuera, se empolvo la nariz de nuevo, se puso el hermoso vestido rojo que Munga la había regalado rojo, satinado con un escote en v de vértigo en la espalda, aun se podía permitir aquello, un chanel. Zapatos y bolso negros , un metro setenta y ocho con aquellos zapatos de vértigo casi rozaba las nubes. Angustia, de pensar que no podría volver a tomar su cristalito, se volvió a empolvar la nariz. Llamaron a la puerta, era un chofer la esperaba en el coche. Eso era raro porque Munga no la venia personalmente a buscar, no lo sabía, pero la daba igual relleno el bolso y metió su bolsita, por si las moscas. Bajo, el chofer la abrió la puerta y esta subió al coche, estaba deslumbrante, ardiente y necesitaba bailar. Pero no fue a bailar, el chofer la hizo bajar en un descampado, unos focos de unos cocheas la alumbraban. El chofer volvió a coger la limusina y se fue. Nadia, no sabía que ocurría intento mirar a los focos tapándose los ojos, pero no veía nada. Cuadro los cuatro vehículos se marcharon, un cadáver quedo en el suelo, Nadia estaba muerta, la había cortado y mutilado, la única prenda que llevaba era el tanga de Cacharel. La policía busco a sus culpables, pero nadie supo jamás quien fue el asesino, de aquella rubia actriz del teatro de los horrores, que un día llego de un pueblecito Lituano, buscando ser una señora de las pasarelas y acabo jugando con la muerte. Munga fue el principal sospechoso hasta que lo encontraron a escasos metros degollado, en ambas victimas había desaparecido el corazón, lo que más sorprendió a la policía forense, fue la cara de las dos víctimas demasiado horrorizadas, no había huellas de neumáticos, por lo que el misterio era aun mayor, como llegaron a aquel lugar y con quienes, fue la gran pregunta de la brigada criminalista durante un año. Finalmente se decidió que había sido una macabra noche de pasión dados los juegos a los que ambas víctimas jugaban. Cerrándose así el caso. Cuatro coches desaparecieron en la noche, llegaron a una discoteca en la plaza de Santa Ana, los coches dejaron a sus pasajeros tres hombres y una mujer, marchándose después. Ya en la discoteca se fueron a la zona Vic, un reservado especial para ellos les esperaba, cuando los camareros se alejaron, cada uno de ellos saco un corazón que llevaban escondidos en los bolsillos y el bolso y comenzaron a reír. Nunca noto que la observaban, que formaba parte del juego que era una de las protagonistas de la historia y ver la cara de Nadia fue gracioso pero ver la cara de Munga no tuvo precio, jajajajajajajaja.
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