Me llamaba la atención desde la esquina donde compro un
taco, era una chica tan delgada, se notaba que era extranjera, por la forma de
andar y de comportarse, era tan delgada y pequeña, vi que guardaba de forma
descuidada el dinero de la devolución del taco en el bolsito que llevaba
colgado de un lado del hombro, y de pronto tropezó y el taco se estampo contra
el suelo, se quedo allí en silencio observando al taco.
Dos tipos se la acercaron y comenzaron a hablar con ella,
uno intento quitarle el bolso y ella le empujo, echando a correr, corría sin
parar, pero no lo bastante.
Madre, sabía que la iban a robar, lo sabia así que los seguí
en una distancia prudencia, la chica se metió en una calle sin salida, cogí un
madero que había apoyado contra unas cajas, parecía podrido pero se puede dar
un buen golpe con ese madero, pensé.
Entre en el callejón, pero lo que vi, no me lo esperaba.
La chica estaba tumbada sobre uno de los dos tipos y el otro
estaba tirado con el cuello ensangrentado.
Grite, algo, no recuerdo el que ella se giro.
Tenía la boca llena de sangre, los ojos eran de un negro
intenso, no había pupilas, ni iris, ni blanco, ni nada de nada.
Creo que me quede pasmado, porque note un tirón enorme de la
mano y cuando me di cuenta estaba siendo arrastrado por la calle de la mano de
la chica, que tenía una fuerza, no me podía soltar.
Un enorme coche vino a recogerla, era un coche negro de esos
de las películas que llevan las artistas, grande y negro, con cristales
tintados, pensé, es un narco y yo la he cagado.
Pero metió en el coche casi de un tirón, el coche estaba en
una oscuridad total, yo no quería girarme para mirar los ojos negros inmensos,
yo solo miraba por la ventana, cuando una voz muy dulce me hablo.
-
Salgo a cazar para comer y te cazo a ti- no volvió
a decir nada, me quede allí mirando como las calles pasaban frente a mí, a
comer, había salido a comer y ahora me iba a comer a mí, era una caníbal, había
oído hablar de ellos, pero porque había seguido aquella chica, porque pensé que
era alguien indefenso y débil, porque, porque.
Como me dolía la cabeza y la
mano, entonces me gire y la mire, tenía unos enormes moretones en la mano, y me
dolían muchísimo, la chica volvió a hablar.
-
Perdona, pero no puede hacerlo de otra manera,
te hubieran acusado de desmembrar a dos seres humanos, no merecían vivir, pero desmembrar
es muy duro, sabes la cantidad de huesos, músculos y cartílagos que tiene un ser
humano, son muchísimos, te hubieran dado por loco y eso que viniste a ayudarme-
miro por la ventanilla, sus ojos ahora eran normal, puede que la tensión de
haber visto como mataba a esos tipos, me hubiera hecho imaginarme los ojos,
pero los dedos en mi muñeca no, ahora estaba en aquel coche, con alguien que no
sabía muy bien como tomarme, alguien que era buena o una asesina, que
descuartizaba con sus manos a personas vivas, bueno había oído que había gente
que bajo efectos de determinadas drogas habían creído ser lobos, o algo
semejante, puede que esa mujer fuera una de esas personas, quizás por eso
estaba tan delgada, y pálida, claro tenía que ser una de las sicarios de los
narcos, porque como si no se iba a pagar las drogas y el coche, también podía ser
una de esas fresas lindas de las revistas que bajo efectos de determinada
sustancia salía a jugar sus jueguecitos de roll o que la gustaba darle guerra a
algunos individuos malos.
-
Fuera, como, fuera ahora estaba en el coche de
la tipa loca que había matado y la sangre de la boca, no podía explicarlo, pero
mientras iba meditando sobre esto, no me di cuenta que había llegado a una casa
grande y lujosa en un barrio muy importante, que había atravesado unas enormes
puertas de rejas y que ya no había vuelta a atrás, que si era loca o asesina,
yo estaba en su poder y ella no paraba de mirarme como si fuera una víctima
pequeña.
Llegamos a la entrada y la puerta del coche se abrió, la abrió
un tipo alto con cara de preocupación, la primera en salir fue la mujer, que a
todo esto no se había presentado o si, no lo recordaba estaba tan preocupado con lo que fuera que había
visto, que no me había dado cuenta de nada más.
Ella caminaba como si diera saltitos, entramos en una sala
enorme, mi casa era como aquella sala, y la mujer que entonces me pareció muy
bella, me miro con cara de preocupación y dijo:
-
Te has quedado lelo o es algo ocasional.- luego
camino hacia una enorme puerta y se metió tras ella, cerrándola tras de sí.
No entendía nada, pero se me llevo a una habitación donde se
me dejo era una habitación grande y elegante, había una ventana que daba a un jardín,
no recordaba cómo había llegado, lo mismo me habían drogado en el coche, me a
coste, me dolían los ojos y la cabeza.
Cuando desperté lo hice por los claxon de los coches estaba
en mi cuarto y tenía un sabor amargo en la boca tenía una cruda sin dudarlo,
baje mi madre estaba haciendo el desayuno, la conté lo de la mujer y ella me
dijo, que no había oído mi llegada, que llegue muy tarde, pero se alegraba de
que hubiera vuelto a casa, el sueño mi conciencia me atacaba por borracho y mal
hijo.
A veces los sueños parecen tan reales, tanto que no
recordaba con quienes había estado.