Acerico

Como un acerico lleno de alfileres o el sonajero de un niño usado una y mil veces, mi alma se retuerce de dolor, vencida por el cansancio. Me quedo en silencio, esperando, desesperanzada viendo como se desmenuza en hilos, que vagan por el eterno cielo. Escucho de nuevo a Bunbury, cantando una y mil veces lo mismo, me siento a pasar el tiempo aunque que se siempre será lo mismo. Tristeza impresa en el alma mía, eso es lo que siento y no se por qué, el tiempo se me hace infinito.

la selva esmeralda.

me dejo caer en las aguas
Esmeraldas que mansamente circulan,
Es la quietud perfecta,
Con el peso del sueño eterno en mis músculos,
Inertes se sumergen en las frías y verdes aguas.

Cocodrilos inmensos saltan al agua
Del rio de la vida que me lleva,
Me dejo llevar mientras ellos me siguen,
Cuan sigilosos y calmo van,
Para no perder su presa.
Yo, me dejo llevar.


Sucumbo bajo el batir de las alas del ángel negro,
se cierran mis ojos,
Rotas hoy esas mismas alas por el crepúsculo
Incoherente murmuro cosas que no tienen sentido ahora,
Más lo tuvieron en su tiempo y en su espacio mismo.
Navega mi mente, mi cuerpo,
Inerte es transportado por las verdes aguas,
Seguidas de los enormes lagartos,
Hacia el crepúsculo mismo
Del ángel de las alas rotas.
Solo una frase,
Solo un silencio,
Solo yo
Tiempo.
Me pierdo en el sonido de la ancestral jungla esmeralda,
Me pierdo en el rítmico latido de mi pecho,
Me pierdo en el silencio de mi alma,
Solo escucho el lento y monótono,
Susurrar del viento.